Monumento a Mariana Grajales Cuello

«No hay corazón en Cuba que no sienta todo lo que debe a esta querida anciana». Estas fueron las palabras pronunciadas por el ilustre político cubano José Martí, sobre Mariana Grajales Cuello, representada aquí en la estela de este monumento diseñado en su honor. Cuba no olvidará jamás a esta gran mujer. Nacida el 26 de junio de 1808 en Santiago de Cuba, Mariana Grajales Cuello pasó a la Historia por su compromiso ejemplar en varias luchas de su tiempo. Defendió la dignidad y los derechos de las mujeres en una sociedad profundamente machista. Apoyó la causa de la abolición de la esclavitud, vinculada a sus raíces afrocubanas. Pero, sobre todo, se destacó en el corazón de las tres grandes guerras de independencia de Cuba contra España, entre 1868 y 1898: la Guerra de los Diez Años, la Guerra Chiquita y la Guerra de Independencia. En un entorno completamente hostil, Mariana Grajales Cuello fue un ejemplo excepcional de valentía, determinación y humanidad. Organizó misiones de abastecimiento para los campamentos base de las tropas. Creó y supervisó un hospital para atender a los heridos, fueran quienes fueran, cuando ella misma no estaba en el campo de batalla. Y no dudó en arrastrar a su lado a su marido y a varios de sus hijos, arriesgando sus vidas, por la liberación de Cuba. Patriota irreprochable, mujer valiente, pero también esposa y madre desconsolada por la revuelta, Mariana Grajales Cuello fue, sin saberlo, la heroína de todo un país. Y hasta el día de hoy, se la sigue considerando la madre de Cuba.