La cisterna basílica

Te encuentras frente a la entrada de la mítica y mística cisterna basílica. Este lugar es sin duda el más misterioso e intrigante de Estambul. Se trata de un depósito de agua construido para el emperador bizantino Justiniano I en el siglo VI. Se llama cisterna basílica, ya que fue construida en el lugar de un antiguo edificio religioso. ¡Esta histórica cisterna mide 140 metros de largo y 70 metros de ancho! Su superficie de 9800 metros cuadrados tiene una capacidad de almacenamiento de 78.000 metros cúbicos de agua. ¡Todo esto sostenido por 12 filas de 28 columnas de mármol de 8 metros de altura! Sí, es enorme. Pero era necesario para satisfacer las necesidades de agua del gran palacio durante el período bizantino. Los romanos, como se sabe, siempre han sido bastante talentosos trayendo agua hasta ellos. Las aguas de la cisterna procedían de la región forestal de Belgrado, a 19 km de allí, gracias a dos acueductos. Durante la conquista de Constantinopla por los otomanos, la cisterna sirvió un tiempo al palacio de Topkapi, luego los otomanos construyeron su propio sistema de almacenamiento de agua y la cisterna cayó en el olvido. Fue redescubierta en el siglo XVI por un arqueólogo holandés, que vino a excavar en las ruinas de Bizancio. El acceso tiene un costo, pero te aconsejo que vivas la aventura. Pasear entre las columnas iluminadas y enfrentarse a las dos fascinantes cabezas invertidas de Medusa es una experiencia inolvidable. No se ha llegado realmente al fondo del asunto en lo que respecta a las medusas. Por qué esta elección, por qué al revés… Por otro lado, para tu cultivo personal, tienes que saber que Medusa, con su cabello de serpiente, tiene el poder de petrificar a cualquiera que se cruce con su mirada. Por lo tanto, la presencia de sus cabezas en la basílica puede interpretarse como una protección. Hoy en día es uno de los lugares más visitados de Estambul y la cisterna recibe a casi un millón de visitantes cada año. También sirvió de escenografía para la película de James Bond ‘De Rusia con amor’, así como para la adaptación cinematográfica de Inferno de Dan Brown.