Poterna del Tricot

Por esta pequeña puerta vamos a salir un momento del recinto medieval. Abierta en las murallas, se trata de una poterna que lleva el mismo nombre que la mansión que se encuentra al lado y que la calle a la que conduce.

Aquí se aprecia bien que es mucho menos imponente que las demás entradas de la ciudad: una poterna, en aquella época, permitía precisamente a los habitantes entrar y salir de la ciudad de forma discreta, sin ser vistos por los asaltantes.

Por eso las poternas nunca eran grandes puertas monumentales, sino simples y pequeñas arcadas abiertas en las murallas. Al salir, giraremos a la izquierda y seguiremos hasta la próxima puerta, la puerta de Saillé, a lo largo del bulevar del Midi. Las murallas de esta parte tienen la particularidad de haber sido reconstruidas después del periodo revolucionario, ya que las anteriores fueron destruidas por el último disparo de cañón que alcanzó la ciudad. Para reconstruirlas, se utilizaron piedras procedentes de distintos calvarios de la región, lo que explica que esta zona se conozca como la “cortina de los calvarios”.

La poterna que tienes aquí, en cambio, no fue construida hasta 1854, aunque podemos imaginar que ya existía otra antes. Atraviésala para llegar a la avenida.