Museo de la Muñeca y del Juguete Antiguo

El edificio que se encuentra a su derecha albergó hasta hace poco uno de los pocos museos de la muñeca que quedaban en Francia. Aunque cerró sus puertas en 2017, merece la pena mencionarlo porque fue creado gracias a Lucien Mahé, antiguo presidente de la Oficina de Turismo. En 1998 fundó una asociación para salvar una excepcional colección de muñecas antiguas amenazada de dispersión y el 13 de julio abrió aquí el Museo de la Muñeca y del Juguete Antiguo.

Allí se exhibían más de trescientas muñecas, verdaderas obras de arte que requerían el saber hacer de una veintena de artesanos, desde escultores hasta costureras y peluqueros de muñecas. Instaladas en decorados fieles a la vida de finales del siglo XIX y comienzos del XX, evocaban salones parisinos, bebés articulados o delicadas mignonettes, todas vestidas con sus trajes originales.

El museo también presentaba muebles en miniatura, accesorios, vajillas de porcelana para muñecas, juegos antiguos y ropa infantil de época, revelando en filigrana la evolución de la moda, la educación y las diferencias sociales. Durante veinte años, hasta quince mil visitantes al año acudieron a maravillarse ante esta colección única.

El museo cerró definitivamente por razones de seguridad tras un incendio en los edificios vecinos. La colección ha sido desde entonces dispersada, pero el recuerdo de este lugar singular permanece entre estos muros.