Las burbujas de Grenoble

Llegamos a los muelles, donde tenemos una hermosa vista del alineamiento de edificios coloridos al otro lado del río. ¡Atención, aquí debes tomar una decisión crucial! Vamos a subir a la Bastilla. Es la visita más destacada de la ciudad de Grenoble, pero de difícil acceso. Si deseas llegar de una manera original, puedes tomar las famosas burbujas de la Bastilla, una verdadera postal de Grenoble. Los teleféricos te llevarán rápidamente a la cima, dejándote un recuerdo imborrable de esta espléndida vista aérea. Además, ¡es uno de los primeros teleféricos urbanos! El tercero, para ser más precisos, detrás de los de Río y Ciudad del Cabo, que también son ciudades montañosas. Fue construido en 1934, por iniciativa de Paul Mistral, el alcalde de la época, y del vicepresidente de la cámara de comercio turístico, Paul Michoud. Fueron muy acertados, porque desde entonces, ver esas burbujas en el cielo de Grenoble contribuye enormemente al encanto de la ciudad. Si quieres vivir la experiencia, la entrada al teleférico está justo frente a ti. ¡Valientes, comencemos la subida! En cualquier caso, ¡nos vemos en la cima!