Jardin des Dauphins

Así estamos, en los jardines de Dauphins. Este es el punto de partida del tramo Isère/Savoie del Gran Recorrido 9. Este sendero tiene más de mil kilómetros y va desde el Jura al Mediterráneo. Hoy sólo pasaremos por los jardines, situados en las antiguas fortificaciones de Lesdiguières. Este hombre es una figura importante en el Dauphiné. Fue el último condestable de Francia, el título mas alto en el ejercito françes. A finales del siglo XVI, durante las sangrientas Guerras de Religión, Lesdiguières, que luchaba por Enrique IV, rey protestante de Francia, tomó la ciudad de Grenoble de los católicos y ordenó una serie de cambios. Uno de ellos fue la fortificación en la colina de la Bastilla. En 1785, Jean-Baptiste Dolle, un próspero comerciante de la región de Isère, compró este terreno rocoso y emprendió, a gran costo, la construcción de un castillo rodeado de magníficos jardines. El castillo, conocido como la “casa romana”, fue rebautizado irónicamente por los lugareños como el “castillo de la locura”, en relación con los gastos extravagantes generados para su construcción. Tiene, por ejemplo, un gran invernadero donde crecen plantas tropicales, así como naranjos, limoneros, palmeras y plátanos. ¡Incluso había un mono! La extravagancia alcanzó su punto máximo durante una gran fiesta celebrada en honor al Parlamento del Delfinado, donde se recibieron a 25.000 invitados y hubieron fuegos artificiales, espectáculos y festines increíbles. Durante la Revolución, Dolle legó voluntariamente toda su propiedad a la nación. En el siglo XIX, una cantera de piedra modificó al castillo. No fue hasta 1960 que el jardín fue restaurado para ofrecer hoy un agradable espacio verde, al sol y resguardado del viento, que otorga un verdadero microclima mediterráneo. Así que no te sorprendas si encuentras cactus, agaves, olivos y mimosas.