Halles Sainte-Claire

¡Ha llegado la hora de la gastronomía y los productos locales! Francia se visita probando los sabores de sus diferentes regiones, y el Dauphiné no es una excepción en lo que se refiere a productos de calidad. Este hermoso mercado cubierto, construido en el emplazamiento del antiguo convento de Santa Clara, está declarado monumento histórico desde 2007. Construido en 1825, tuvo un éxito inmediato y la modesta sala del mercado se amplió rápidamente y se renovó en la década de 1990. No dejes de probar los numerosos quesos de la región, como el Bleu du Vercors Sassenage, o el delicioso Saint-Marcellin. Tampoco pierdas la oportunidad de degustar un plato de ravioles du Royan, rellenos de queso y hierbas frescas. Déjate sorprender por el Murçon, una generosa especialidad del Isère, a base de salchicha cocida aromatizada con comino y servida con patatas al vapor. Otro plato imprescindible es el más reconfortante de la región, el famoso gratin dauphinois, pero cuidado puristas, ¡el auténtico se hace sin queso! Y no te pierdas las variaciones del plato estrella de Grenoble, ¡la nuez! En aceite, en vino, en mostaza, pero también en su versión dulce, en tarta, en mermelada, en caramelos, o incluso en forma de gâteaux dauphinois, pequeñas galletas de mantequilla rellenas de nueces. Seguro que estarás de acuerdo en que después del queso, las patatas y el pastel de nueces, ¡vas a tener que hacer la digestión! Que no cunda el pánico, los monjes cartujos han elaborado una ingeniosa mezcla de 130 plantas de montaña, cuya receta, celosamente guardada, revela un licor de fama mundial con un aura casi mística. Debe consumirse con moderación, no hace falta decirlo. Pero basta de palabras, te dejo a tu propio descubrimiento y degustación.