Fuerte de la Bastilla

¡Enhorabuena a los que subieron a pie! Los demás, ¡espero que hayan sacado unas fotos estupendas! Ahora todos hemos llegado al Fuerte de la Bastilla. No dudes en explorar el lugar, con sus terrazas y miradores que ofrecen vistas impresionantes y explicaciones sobre Grenoble y su región, así como las propias fortificaciones. Las primeras murallas fueron construidas en el siglo XVI por Lesdiguières, líder de los hugonotes del Dauphiné, quién entonces tomó Grenoble. Inmediatamente mandó a construir una ciudadela fortificada y una bastilla que dominara la ciudad para asegurarse de que ningún enemigo del vecino Ducado de Saboya pudiera entrar sin ser visto. Fue también en esta época cuando se derribaron las murallas romanas originales de la ciudad, que ya no se adaptaban a las nuevas técnicas de guerra de la época. Un siglo después, el verdadero pro de las fortificaciones, el ingeniero Vauban, vino a inspeccionar la fortaleza y ¡la encontró un completo desastre! Las construcciones fueron terminadas a principios del siglo XIX, por el general Haxo, con el objetivo de proteger la ciudad del Ducado de Saboya. Sin embargo, en realidad no sirvieron para nada. Apenas 13 años después, Saboya pasó a formar parte de Francia y ya no tenía ningún interés en atacar el Dauphiné. Así que el Fuerte nunca se utilizó realmente en tiempos de guerra. Ahora que estás en la cima, ¿por qué no visitar las cuevas de Mandrin? Mandrin, el famoso bandido del Dauphiné, estilo Robin Hood, no tuvo nada que ver con eso. Fueron diseñadas casi un siglo después de su muerte. Son cavernas unidas por un camino invisible desde la montaña. Es importante señalar que el único punto realmente débil del fuerte era el macizo de la Chartreuse que lo domina. Se hizo todo lo posible para rechazar un ataque desde arriba y disparar hacia la montaña. La Bastilla está inscrita en el inventario suplementario de monumentos históricos, y también forma parte del espacio natural de interés ecológico del Monte Jalla. Te dejo que disfrutes del lugar con estas palabras de la novela de Stendhal “Memoria de un turista”: “No tengo la fuerza para describir la admirable vista, cambiante cada cien pasos, que se tiene desde la Bastilla…”.