Catedral Notre-Dame

Aquí estás frente a la catedral de Nuestra Dama de Grenoble. La diócesis de Grenoble se remonta a tiempos muy antiguos, casi al comienzo del cristianismo. Conviene recordar que, entre los romanos politeístas, los cristianos eran considerados fuera de la ley y a menudo eran mártires en Roma. En el año 313, el emperador Constantino finalmente les otorgó la libertad de culto. En el año 379, nuestra pequeña Cularo, que significaba “huerto de calabazas”, quedó bajo el dominio del emperador Graciano y se convirtió en la ciudad de “Gratianópolis”. En el 380, se creó la diócesis de Grenoble y se confió a su primer obispo, San Domnin. El edificio que tienes delante es una iglesia doble, típica de la época paleocristiana. Tienes la catedral del siglo XIII, contigua a la iglesia de Saint-Hugues, del siglo XI. Esta primera iglesia se construyó contra las murallas romanas. En la Edad Media, Notre-Dame formaba parte de un vasto complejo de edificios, como el palacio episcopal, las salas capitulares, un claustro y, por supuesto, la iglesia y la catedral. Ambos edificios se han modificado varias veces, pero el descubrimiento de un baptisterio en 1989 demuestra que han habido edificios religiosos en este lugar ¡desde el siglo IV! Como muchos descubrimientos arqueológicos del siglo XX, ¡el baptisterio se excavó mientras realizaban las obras del tranvía! Puedes visitar los restos gratuitamente en el Museo del Antiguo Obispado. La entrada está a la vuelta de la esquina, a la izquierda. Desde el exterior, el principal atractivo de la catedral es su enorme campanario cuadrado de ladrillo, pero no dudes en echar un vistazo al interior.  Todo el edificio está catalogado como monumento histórico.