Catedral de Granada

La Catedral de Granada, con su elegancia e impresionantes proporciones, es el monumento emblemático de la ciudad. Además fue la primera catedral renacentista construida en España. En aquella época, entre los años 711 y 1492, la Península Ibérica, que incluye España y Portugal, estaba bajo el dominio de los pueblos musulmanes y constituía el territorio de al-Ándalus, donde florecieron la cultura y la economía. La ciudad de Granada se construyó en el siglo XI y se convirtió en una de las más importantes de al-Ándalus, gobernada primero por la dinastía zirí, luego por los bereberes y finalmente por los nazaríes, que crearon el Reino de Granada. Como ciudad rica, próspera y desarrollada, Granada siguió aumentando su reputación, sobre todo cuando los nazaríes construyeron la Alhambra, una ciudad palaciega fortificada que representaba todo el esplendor del Reino. Esto en cuanto a la historia de Granada. En aquella época, y hasta el siglo XVI, la catedral de Granada no existía, pero en su lugar se levantaba una gran mezquita. Sin embargo, eso fue sin contar con Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, los Reyes Católicos que al ver el creciente poder de los otomanos, decidieron conquistar el Reino de Granada y convertirlo en territorio católico, expulsando sin piedad a los musulmanes y judíos de España. Pocos años después de la Reconquista comenzó la construcción de la catedral. Ésta desvela toda la riqueza y grandeza del Reino que se había cristianizado. Fue ampliada y remodelada a lo largo de los siglos, dándole diferentes estilos arquitectónicos: todo el edificio fue construido en estilo gótico y luego remodelado en estilo renacentista. En la actualidad, conserva decoraciones góticas y una fachada principal de estilo barroco, añadida en el siglo XVII. Es la segunda catedral más grande de España, forma parte de la historia de la ciudad e impresiona por sus imponentes dimensiones y su magnífica arquitectura, tanto interior como exterior.