El barrio de Patershol

Es aquí, a las puertas del castillo, donde todo el alma medieval de Gante está bien concentrada.

De alguna manera una ciudad dentro de la ciudad, el barrio de Patershol nos proporciona el efecto de un viaje en el tiempo con sus callejuelas estrechas, cubiertas de adoquines, donde hay encantadoras viviendas diseñadas en la Edad Media.

Residencial desde sus inicios, este pequeño rincón de Gante ha reflejado muchas caras en función de las diferentes clases sociales que lo animaban. Primero frecuentado por los tejedores en los siglos XVII y XVIII, serán finalmente los burgueses quienes le encontrarán un cierto atractivo.

Dejará de ser la zona en la que a todo el mundo le gusta o le gustaría vivir, el Patershol caerá por debajo del ranking. No hace mucho tiempo, en sus calles se alternaban burdeles y cafés de mala fama. Considerado por lo tanto poco decente, la población prefirió darle la espalda. Afortunadamente, un plan de revalorización de la ciudad cambiará el curso de la historia, devolviéndole al perímetro su atmósfera popular única, sin descuidar esta nostalgia de antaño.

Rodeado de cafés, restaurantes y pequeñas tiendas, el patito feo se ha convertido de nuevo en un barrio de moda.