Teleférico

Puede que ya lo hayas visto en funcionamiento o, al menos, hayas oído hablar de él: el teleférico de Fira es uno de los medios de transporte más emblemáticos de Santorini. Une la ciudad, situada a más de doscientos metros sobre el mar, con el antiguo puerto, superando en pocos minutos un desnivel que antes solo se recorría a lomos de burro o subiendo los seiscientos escalones de la escalera Karavolades.

El teleférico es una incorporación relativamente reciente en la historia de la isla. Fue financiado y donado por la Fundación Nomikos a finales de los años setenta, con el objetivo de facilitar el acceso entre el puerto y la capital. Inaugurado en 1982, transformó la llegada de los viajeros, sobre todo de los pasajeros de cruceros, que ahora pueden alcanzar Fira en apenas tres a cinco minutos, disfrutando de una vista espectacular de la caldera, los acantilados volcánicos y las casas blancas colgadas en lo alto. Las cabinas solo transportan a seis personas a la vez, pero el sistema tiene capacidad para más de mil pasajeros por hora.

Si decides subir o bajar a pie, necesitarás bastante energía para enfrentarte a las empinadas escaleras. Abajo te espera el antiguo puerto de Fira, también conocido como Gialos o Scala Pier. En el pasado acogía los intercambios marítimos esenciales de Santorini, hasta que las infraestructuras modernas trasladaron la actividad a Athinios, el puerto principal actual.

Hoy, Gialos late sobre todo al ritmo de los cruceros y de las lanchas que parten hacia los islotes volcánicos. Sus muelles, bordeados de tabernas y cafés, ofrecen un escenario pintoresco con los imponentes acantilados como telón de fondo. Así, el teleférico y el antiguo puerto forman un dúo inseparable: por un lado, el recuerdo de los intercambios marítimos tradicionales; por otro, una solución moderna y panorámica para conectar el mar con la ciudad. En apenas unos minutos de trayecto, haces un viaje entre pasado y presente.