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El Palazzo dei Normanni de Palermo es uno de los monumentos más emblemáticos de Sicilia. Este palacio real, también conocido como Palazzo dei Normanni, es testigo de la riqueza cultural e histórica de la isla. Residencia de los reyes normandos en el siglo XII, hoy alberga la Asamblea Regional de Sicilia y la famosa Capilla Palatina, verdadera obra maestra de los mosaicos bizantinos. Visitar el Palacio de los Normandos es sumergirse en la fascinante historia de Sicilia, donde las influencias árabes, bizantinas y normandas se funden en una armonía arquitectónica única.
El Palazzo dei Normanni es una visita obligada para todo aquel que desee conocer Palermo y comprender el alma de Sicilia. Este monumento excepcional encarna el encuentro de las civilizaciones que han marcado la historia de la isla. Inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte del itinerario árabe-normando, el palacio atrae cada año a miles de visitantes, maravillados por su esplendor.
La Capilla Palatina, joya del palacio, está considerada uno de los mejores ejemplos de arte bizantino en Occidente. Sus mosaicos dorados, su techo de madera tallada de inspiración islámica y sus columnas de mármol ofrecen un espectáculo visual impresionante. Los apartamentos reales ofrecen una visión del esplendor de la corte normanda, incluida la famosa Salle de Roger, decorada con mosaicos que representan escenas de caza y animales exóticos.
Visitar el Palazzo dei Normanni es también una forma de comprender la importancia estratégica de Palermo a lo largo de los siglos. Construido sobre los cimientos de una antigua fortaleza púnica, el palacio fue sede del poder sucesivamente bajo los árabes, los normandos, los suevos y luego los españoles. Aún hoy sigue siendo un lugar de poder, ya que alberga el Parlamento Regional de Sicilia.
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La historia del Palacio de los Normandos se remonta a la época púnica, cuando se erigieron las primeras fortificaciones en este promontorio estratégico que domina Palermo. Después, los romanos establecieron aquí su propia fortaleza, antes de que los árabes, en el siglo IX, transformaran el lugar en un auténtico castillo fortificado, el Qasr al-Amīr, residencia de los emires.
Fue con la conquista normanda en 1072 cuando el palacio sufrió su transformación más espectacular. Roger II, primer rey normando de Sicilia coronado en 1130, decidió hacer de esta antigua fortaleza árabe su residencia real. Inició ambiciosas obras de renovación y embellecimiento, recurriendo a los mejores artesanos bizantinos, árabes y normandos de la época.
Fue durante su reinado cuando se construyó y consagró en 1140 la Capilla Palatina, una capilla privada del rey que ilustra a la perfección el sincretismo cultural que caracterizó a la Sicilia normanda. Los artesanos bizantinos crearon los suntuosos mosaicos sobre fondo dorado, los artesanos árabes tallaron el magnífico techo de madera de la nave central en estilo mocárabe, mientras que la arquitectura general seguía la planta basilical cristiana.
Después de los normandos, el palacio siguió siendo el centro del poder en Sicilia bajo las sucesivas dinastías. Los suevos, luego los angevinos y finalmente los aragoneses y españoles establecieron aquí sus sedes. Entre 1550 y 1640, los virreyes españoles llevaron a cabo importantes reformas, añadiendo elementos barrocos y renacentistas que enriquecieron aún más el patrimonio arquitectónico del monumento.
En el siglo XIX, bajo los Borbones, se creó la Sala de Hércules para albergar el Parlamento siciliano. Esta imponente sala neoclásica, decorada con frescos que representan los trabajos de Hércules, simbolizaba la continuidad del poder legislativo en este lugar histórico.
En 1947, el Palazzo dei Normanni se convirtió en la sede de la Asamblea Regional de Sicilia, cargo que sigue ocupando en la actualidad. Considerada la residencia real más antigua que se conserva en Europa, está parcialmente abierta al público, lo que permite admirar sus tesoros artísticos. En 2015, la UNESCO inscribió el palacio, junto con su Capilla Palatina, como Patrimonio de la Humanidad como parte del “Palermo árabe-normando y las catedrales de Cefalú y Monreale”.

La visita del Palais des Normands recorre varios espacios excepcionales. Cada sala y cada pasillo cuentan una página de la historia y son testigos del genio de los artistas que trabajaron aquí. Para aprovechar al máximo su descubrimiento de Palermo, no dude en dejarse guiar por el audioguía Navaway, que le permitirá explorar la ciudad a su aire.
La Capilla Palatina es sin duda el tesoro más preciado del palacio normando. Construida entre 1130 y 1143, esta capilla de tres naves ilustra perfectamente la coexistencia pacífica de las culturas bajo el dominio normando. Al entrar, el visitante queda inmediatamente impresionado por la brillantez de los mosaicos bizantinos que cubren la cúpula, los ábsides y los muros superiores. Estos mosaicos sobre fondo dorado representan escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, en particular a Cristo Pantocrátor en la cúpula central, rodeado de ángeles y profetas.
El techo de madera de la nave central es una maravilla de la artesanía islámica. Tallado y pintado al estilo de los mocárabes, representa estrellas, animales fantásticos y complejos motivos geométricos. Esta estructura de panal, típica de la arquitectura islámica, crea un efecto visual impresionante cuando la luz natural entra por las altas ventanas.
El suelo de la capilla, de opus sectile (marquetería de mármol), presenta complejos motivos geométricos que aumentan la riqueza decorativa del conjunto. Las naves laterales contienen mosaicos posteriores, del siglo XIV, que ilustran las vidas de San Pedro y San Pablo. El ambón (púlpito) de mármol finamente esculpido y el candelabro pascual de casi cuatro metros de altura son otros tesoros que no hay que perderse.
Los Apartamentos Reales (Appartamenti Reali) sólo son accesibles algunos días de la semana, cuando la Asamblea Regional no está reunida. Esta parte del palacio contiene varias salas suntuosas que dan testimonio del esplendor de la corte normanda y de los embellecimientos realizados por las dinastías posteriores. Las visitas suelen ir acompañadas de un guía.
La Sala di Ruggero (Sala de Ruggero), situada en la Torre Pisana, es una de las estancias más notables. Esta antigua cámara real, construida bajo el reinado de Roger II, está totalmente cubierta de mosaicos seculares que representan escenas de caza, pavos reales, leopardos, ciervos y otros animales en un exuberante entorno vegetal. Estos mosaicos de extraordinaria calidad son testimonio del amor de los normandos por la naturaleza y la caza. La sala también ofrece una vista impresionante del golfo de Palermo.
La Sala dei Venti (Sala de los Vientos) debe su nombre a las pinturas de sus paredes que representan la personificación de los vientos. Esta sala se utilizaba como pasadizo entre diferentes partes del palacio. La Sala de los Virreyes presenta retratos y escudos de armas de los gobernadores españoles que administraron Sicilia entre los siglos XVI y XVIII.
La Sala d’Ercole (Sala de Hércules) es la actual sala de reuniones de la Asamblea Regional de Sicilia. Creada en el siglo XIX durante el reinado de Fernando III de Borbón, es un notable ejemplo de estilo neoclásico. Los frescos del techo representan los doce trabajos del héroe mitológico Hércules. Elegantes columnas corintias jalonan el espacio, confiriendo a la sala una atmósfera solemne y majestuosa.
Aunque esta sala está reservada principalmente a las actividades parlamentarias, a veces se puede acceder a ella durante visitas guiadas especiales o cuando la Asamblea no está reunida. Su arquitectura atestigua la voluntad de los Borbones de asentar su poder en la continuidad histórica del palacio, afirmando al mismo tiempo una estética moderna para su época.
El Palacio de los Normandos alberga varios patios y jardines que ofrecen un agradable descanso durante la visita. Estos espacios verdes, típicos de la arquitectura palermitana, se reservaban antaño a los paseos de los soberanos y su corte. Hoy en día, los visitantes pueden relajarse a la sombra de las arcadas y columnatas.
Los jardines cuentan con parterres, fuentes y plantas mediterráneas que crean una atmósfera apacible en el corazón del monumento. Naranjos y limoneros exhalan sus embriagadoras fragancias, recordando la influencia árabe en la horticultura siciliana. Estas zonas han sido renovadas y acondicionadas a lo largo de los siglos, reflejando la evolución de los gustos estéticos desde la Edad Media hasta nuestros días.
En el sótano del palacio, los visitantes pueden descubrir los restos de las antiguas fortificaciones púnicas y romanas sobre las que se construyó el actual palacio. Estas murallas, que datan del siglo IV a.C., atestiguan la importancia estratégica de este emplazamiento desde la Antigüedad. Paneles explicativos trazan la historia de las diferentes fases de construcción y permiten comprender mejor la evolución arquitectónica del monumento.
Esta parte arqueológica de la visita contrasta con el esplendor de las salas superiores y recuerda que el Palacio de Normandía es fruto de más de dos mil años de historia.
El Palazzo dei Normanni acoge regularmente exposiciones temporales dedicadas al arte, la historia y el patrimonio sicilianos. Estos eventos culturales, celebrados en diferentes salas del palacio, presentan piezas raras, fotografías históricas y obras de arte contemporáneo en diálogo con la historia del lugar. Antes de su visita, infórmese sobre el programa cultural para no perderse ninguno de estos eventos que enriquecerán su descubrimiento del monumento.

Descargue la audioguía para descubrir Palermo a pie y por su cuenta
Para aprovechar al máximo su estancia en la capital siciliana, descubra la audioguía Navaway de Palermo. Este itinerario cuidadosamente diseñado le llevará por los barrios históricos de la ciudad, desde el Palazzo dei Normanni hasta los animados mercados, las iglesias barrocas y los palacios aristocráticos. Gracias a las 23 divertidas audioguías disponibles en su smartphone, podrá descubrir los secretos de Palermo a su ritmo, sin limitaciones de tiempo. La aplicación te guía paso a paso y te cuenta la fascinante historia de cada lugar, convirtiendo tu paseo en una auténtica aventura cultural.
El Palais des Normands y la Chapelle Palatine están abiertos en los siguientes horarios:
De lunes a sábado: de 8.30 a 17.40 (última entrada a las 17.00)
Domingos y festivos: de 8.30 a 13.00 (última entrada a las 12.15)
Atención: los horarios de apertura pueden variar en función de las sesiones parlamentarias. En general, sólo se puede acceder a los Apartamentos Reales de viernes a lunes, cuando la Asamblea Regional no está reunida. Le recomendamos encarecidamente que consulte el sitio web oficial antes de su visita para comprobar las condiciones de acceso.
El monumento cierra el 1 de enero y el 25 de diciembre.
Las entradas varían según el día y la zona accesible:
De viernes a lunes (Capilla Palatina + Apartamentos Reales + Jardines) :
– Precio completo: 19
– Tarifa reducida (18-25 años, profesores): 17
– Tarifa reducida (14-17 años): 11
De martes a jueves (Capilla Palatina + Jardines + Murallas Púnicas) :
– Precio completo: 15,50
– Tarifa reducida (14-17 años): 9 €.
Entrada gratuita:
– Menores de 14 años
– Personas con discapacidad y sus cuidadores
– Profesores acompañantes de grupos escolares
Audioguía: 5 euros (disponible en varios idiomas)
Las entradas pueden reservarse en línea en el sitio web oficial para evitar colas, sobre todo en temporada alta.
El Palazzo dei Normanni se encuentra en la Piazza del Parlamento (también conocida como Piazza Indipendenza), en el barrio de Albergheria de Palermo. La dirección exacta es: Piazza del Parlamento, 1, 90129 Palermo, Italia.
A pie: Desde el centro histórico y los Quattro Canti, hay unos 15 minutos a pie. Desde la estación central de Palermo (Stazione Centrale), hay unos 20 minutos a pie por Via Maqueda.
En autobús: Hay varias líneas de autobús hasta la parada “Indipendenza”, justo al lado del palacio: líneas 104, 105 y 124.
En taxi: Los taxis son fáciles de encontrar en Palermo. Basta con mencionar “Palazzo dei Normanni” o “Palazzo Reale” al conductor.
Si sigue el itinerario Navaway para visitar Palermo, el Palazzo dei Normanni se integra de forma natural en la ruta, llevándole hasta allí sin problemas desde los demás puntos de interés del centro histórico.
Reserve con antelación: Para evitar largas colas, sobre todo en verano y los fines de semana, compre sus entradas por Internet.
Llegue pronto: Las primeras horas de apertura suelen ser las menos concurridas. Así podrá disfrutar de la Capilla Palatina en un ambiente más tranquilo y sereno.
Código de vestimenta: Para acceder a la Capilla Palatina se requiere una vestimenta adecuada. Los hombros y las rodillas deben estar cubiertos. En verano, traiga un chal o un pañuelo para cubrirse si es necesario.
Duración de la visita: Entre una hora y media y dos horas para una visita completa del palacio y de la Capilla Palatina. Añada otros 30 minutos si desea visitar los Apartamentos Reales.
Fotografía: En general, está permitido hacer fotos (sin flash ni trípode), pero algunas zonas pueden estar sujetas a restricciones. Más información in situ.
Accesibilidad: Algunas partes del palacio son accesibles para personas con movilidad reducida, pero el acceso puede estar limitado en zonas históricas con escaleras. Póngase en contacto con el palacio antes de su visita para conocer las instalaciones disponibles.
Combinar con otras visitas: El Palazzo dei Normanni está cerca de otros monumentos importantes de Palermo. Después de su visita, continúe con la Catedral de Palermo (10 minutos a pie), la iglesia de San Giovanni degli Eremiti (5 minutos) o los mercados históricos de Ballarò y Capo. El itinerario audioguiado Navaway le permite combinar estas visitas de la mejor manera posible.

El Palazzo dei Normanni ostenta un récord excepcional: se cree que es la residencia real más antigua de Europa aún en uso. Durante más de nueve siglos, este monumento ha sido la sede del poder legislativo de Sicilia, primero como palacio de los reyes normandos, después de los virreyes españoles y hoy como sede del Parlamento regional siciliano. Esta singular continuidad institucional confiere al edificio una dimensión viva que lo distingue de un mero museo.
En la Capilla Palatina se pueden ver inscripciones en tres lenguas diferentes: latín, griego y árabe. Estos testimonios epigráficos ilustran la coexistencia pacífica de las comunidades cristiana latina, cristiana griega y musulmana bajo el dominio normando. Esta tolerancia religiosa, excepcional para la época medieval, propició la aparición de una cultura única, síntesis armoniosa de Oriente y Occidente.
El techo de madera de la Capilla Palatina, obra maestra de la artesanía islámica, consta de más de ocho mil piezas de madera pintada y dorada que forman la estructura de mocárabes (estalactitas). Cada elemento ha sido tallado y pintado individualmente por artesanos árabes, creando un efecto visual de extraordinaria complejidad. Esta proeza técnica y artística atestigua el nivel de refinamiento alcanzado por los talleres palermitanos en el siglo XII.
Bajo el esplendor normando yacen los restos de fortificaciones púnicas que datan del siglo IV a.C. Estas enormes murallas recuerdan que Palermo fue primero una colonia fenicia (Ziz) antes de convertirse en cartaginesa y después en romana. Una visita a los niveles subterráneos es una oportunidad para admirar esta fascinante estratificación histórica, donde cada época ha dejado su huella en la piedra.
Roger II, que encargó la Capilla Palatina y los pisos reales, dominaba el latín, el griego, el árabe y el normando. Este rey erudito fomentó los intercambios culturales e intelectuales entre las diferentes comunidades de su reino. Su corte, una de las más brillantes de Europa, atrajo a eruditos, artistas y poetas de todo el Mediterráneo. Esta política de apertura cultural se refleja en la arquitectura y la decoración del palacio.
Federico II de Hohenstaufen, nieto de Roger II y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, pasó parte de su infancia en el palacio normando. Cuenta la leyenda que había una habitación secreta donde el joven príncipe estudiaba ciencias, astronomía y lenguas orientales. Aunque esta habitación nunca ha sido formalmente identificada, alimenta la imaginación de los visitantes y recuerda la fascinante figura de este emperador descrito como “Stupor Mundi” (el asombro del mundo).

Después de explorar el Palazzo dei Normanni, en las inmediaciones le esperan muchos otros tesoros de Palermo. Aprovecha tu visita al barrio para descubrir otros monumentos notables y sumérgete en el ambiente único de la capital siciliana.
A sólo cinco minutos a pie del palacio se encuentra la iglesia de San Giovanni degli Eremiti, con sus cinco cúpulas rojas típicas de la arquitectura árabe-normanda. Construida en el siglo XII sobre las ruinas de una antigua mezquita, la iglesia tiene un tranquilo claustro rodeado de un exuberante jardín plantado de cítricos y palmeras. El ambiente aquí es de contemplación, en marcado contraste con el ajetreo y el bullicio de la ciudad.
A sólo diez minutos a pie del Palazzo dei Normanni, merece la pena visitar la Catedral de Palermo. Este imponente monumento, también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, cuenta con una fascinante mezcla de estilos arquitectónicos que reflejan los diferentes periodos de su historia. En su interior se pueden admirar las tumbas reales normandas y suabas, entre ellas las de Roger II y Federico II, así como la capilla de Santa Rosalía, patrona de Palermo.
Amplíe su descubrimiento de Palermo sumergiéndose en el bullicio de los mercados históricos. El mercado Ballarò, situado en el barrio de Albergheria, a pocos minutos del palacio, es el más antiguo y auténtico de la ciudad. Sus puestos rebosan de fruta, verdura, pescado fresco y especialidades sicilianas. El ambiente es electrizante, con los vendedores llamando a los transeúntes en siciliano, creando una sinfonía de voces y colores. Es el lugar ideal para degustar la comida callejera de Palermo: arancini, panelle, sfincione o cannoli recién preparados.
El mercado del Capo, en el barrio del mismo nombre, ofrece una experiencia similar en un laberinto de callejuelas. Estos mercados son mucho más que lugares donde comerciar: son instituciones sociales donde se perpetúan tradiciones y habilidades ancestrales.
Para no perderse ninguna de las maravillas de Palermo, realice la audioguía Navaway. Este recorrido, que le ahorrará tiempo, le llevará desde el Palazzo dei Normanni hasta otros lugares imprescindibles de la ciudad: los Quattro Canti, la Fuente de la Vergüenza, la iglesia del Gesù, el Teatro Massimo y muchos otros sitios fascinantes. Las explicaciones sonoras le ayudarán a comprender mejor cada lugar, convirtiendo su paseo en una auténtica lección de historia viva.
En conclusión, una visita al Palacio de los Normandos de Palermo es mucho más que una simple visita turística: es un viaje a través de los siglos, una inmersión en la fascinante historia de Sicilia y del Mediterráneo. Desde el esplendor de los mosaicos bizantinos de la Capilla Palatina hasta los pisos reales adornados con frescos medievales, cada estancia cuenta una página de la historia europea. Este monumento excepcional, testimonio de la coexistencia armoniosa de las culturas árabe, bizantina y normanda, merece con creces su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. No dude en reservar tiempo para esta visita imprescindible y amplíe su descubrimiento de Palermo con el itinerario audioguiado Navaway, que le permitirá explorar la ciudad con total libertad y captar toda la riqueza de su patrimonio.

Dedique entre una hora y media y dos horas a la visita completa del Palacio de los Normandos y la Capilla Palatina. Si también desea visitar los Apartamentos Reales (abiertos de viernes a lunes), añada otros 30 minutos. Para disfrutar de la mejor experiencia, llegue temprano por la mañana para evitar las aglomeraciones y aprovechar al máximo la belleza del lugar.
Sí, el Palais des Normands y la Chapelle Palatine están abiertos todos los días de la semana, pero con horarios variables. De lunes a sábado, el monumento está abierto de 8h30 a 17h40, mientras que los domingos y días festivos cierra a las 13h00. En general, sólo se puede acceder a los Apartamentos Reales de viernes a lunes, cuando la Asamblea Regional no está reunida. Se recomienda comprobar los horarios de apertura antes de la visita, ya que pueden variar en función de las sesiones parlamentarias.
Sí, se requiere una vestimenta adecuada para entrar en la Capilla Palatina debido a su carácter sagrado. Los hombros y las rodillas deben estar cubiertos. No se permiten pantalones cortos, minifaldas, camisetas sin mangas ni ropa transparente. Si visita Palermo en verano, lleve un chal, un pañuelo o un cárdigan ligero para cubrirse si es necesario. Este código de vestimenta también se aplica a muchas de las iglesias de la ciudad.
En general, está permitido fotografiar en el Palais des Normands y en la Capilla Palatina, pero sin flash ni trípodes. Sin embargo, algunas zonas específicas pueden estar sujetas a restricciones temporales. Siempre es mejor consultar con el personal del lugar para saber qué normas se aplican el día de su visita. Asimismo, le rogamos que respete la tranquilidad del recinto y de los demás visitantes cuando tome fotografías.
El Palais des Normands es sólo parcialmente accesible para las personas con movilidad reducida. Algunas zonas del edificio, especialmente la planta baja y la Capilla Palatina, son accesibles, pero otras partes tienen escaleras y pueden resultar de difícil acceso. Es aconsejable ponerse en contacto con el palacio antes de su visita para obtener información precisa sobre las facilidades disponibles y organizar su visita de la forma más eficaz posible.
Es posible comprar las entradas in situ en las taquillas del Palais des Normands, pero se recomienda encarecidamente la compra en línea, sobre todo durante la temporada alta turística (primavera y verano) y los fines de semana. Reservar en línea le permite evitar las colas, que pueden ser largas, sobre todo a mediodía. Los billetes para evitar colas garantizan un acceso más rápido y le permiten planificar mejor su visita diaria a Palermo.
El Palazzo dei Normanni está situado en el corazón de un barrio rico en monumentos históricos. En las inmediaciones podrá visitar la iglesia de San Giovanni degli Eremiti (5 minutos a pie), reconocible por sus cúpulas rojas. La catedral de Palermo está a 10 minutos a pie. Los mercados históricos de Ballarò y Capo también están a pocos minutos. Para descubrir estos lugares y muchos más en el mejor orden posible, siga el itinerario de la audioguía Navaway, que le guía paso a paso por las maravillas de Palermo.
Sí, una visita al Palais des Normands puede interesar a los niños, sobre todo a los que tienen gusto por la historia y las cosas bellas. La Capilla Palatina, con sus mosaicos dorados y su techo estrellado, suele fascinar a los pequeños visitantes. La entrada es gratuita para los menores de 14 años. Para hacer la visita más divertida, puede descargarse la audioguía o utilizar la aplicación Navaway, que ofrece explicaciones accesibles y cautivadoras. Tenga en cuenta, sin embargo, que la visita requiere mantener la calma y el respeto por el lugar, lo que puede resultar difícil para los niños muy pequeños.
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