Descubre el circuito para visitar Marseille
Una navegación interactiva
24 audioguías divertidas
Encaramado en una isla rocosa frente a la costa de Marsella, el castillo de If lleva siglos fascinando a visitantes de todo el mundo. Esta emblemática fortaleza, que Alexandre Dumas hizo famosa en su novela “El Conde de Montecristo”, ofrece mucho más que una simple visita histórica. Con sus austeras celdas, sus impresionantes murallas y sus sobrecogedoras vistas sobre el Mediterráneo, el castillo de If es una de las atracciones imprescindibles de la ciudad. Ya sea aficionado a la historia, amante de la literatura o simplemente en busca de una original escapada marítima, este monumento nacional le cautivará por su atmósfera única y su rico patrimonio. Prepárese para embarcarse en un viaje en el tiempo, a sólo veinte minutos en barco desde el Puerto Viejo.
Una navegación interactiva
24 audioguías divertidas
Ver también la guía de Marsella :

Para llegar al castillo de If desde Marsella, hay que tomar un autobús lanzadera en el puerto viejo. El muelle está situado al pie de la Canebière, en el Quai des Belges, muy cerca del centro de la ciudad. Dos compañías prestan el servicio todo el año: Frioul If Express (RTM) y Calanques If. La travesía dura unos veinte minutos y ofrece magníficas vistas del puerto de Marsella. Llegue unos quince minutos antes de la salida para comprar los billetes si no los ha reservado en línea. Tenga en cuenta que la travesía marítima no está incluida en el precio de la entrada al castillo y que cuesta unos 11 euros el viaje de ida y vuelta. En caso de mal tiempo o mar agitado, las travesías pueden cancelarse por motivos de seguridad, así que asegúrese de comprobar las condiciones meteorológicas antes de partir.
El Vieux-Port de Marsella está bien comunicado por transporte público. La estación de metro “Vieux-Port – Hôtel de Ville” de la línea M1 le llevará al muelle en pocos minutos a pie. Desde la estación Saint-Charles, el trayecto en metro dura unos 10 minutos. También hay varias líneas de autobús en la zona: 49, 55, 60, 81 y 83. Si toma el tranvía, las líneas T2 y T3 paran en la estación République – Dames, a 10 minutos a pie del punto de embarque. Para facilitarle los desplazamientos, puede optar por un pase de un día de la RTM, que le permitirá utilizar de forma ilimitada todos los transportes públicos de Marsella, incluido el acceso a otros lugares turísticos de la ciudad al final de la jornada.
Si viene en coche, tenga en cuenta que el aparcamiento en la zona del Vieux-Port es complejo y a menudo está saturado. Cerca del muelle hay varios aparcamientos de pago, como el del Centre Bourse, el del Hôtel de Ville o el de la République. Las tarifas suelen oscilar entre 15 y 25 euros por día. Una alternativa más económica es aparcar el coche en un parking y viajar en metro hasta el centro de la ciudad. El aparcamiento de La Rose (línea M1), por ejemplo, ofrece una tarifa especial que incluye un viaje de ida y vuelta en metro para todos los pasajeros del vehículo. Si se aloja en un hotel de Marsella, infórmese de las asociaciones con aparcamientos que puedan ofrecerle tarifas preferentes.

El castillo de If está abierto todos los días excepto los lunes en invierno. Del 1 de abril al 30 de septiembre, el monumento recibe a los visitantes de 10.00 a 18.00 horas ininterrumpidamente. Del 1 de octubre al 31 de marzo, el horario de apertura se reduce ligeramente, cerrando a las 17:00 horas, y el recinto permanece cerrado todos los lunes. El castillo también cierra el 1 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre. Tenga en cuenta que, en caso de mal tiempo o fuerte oleaje, el acceso a la isla puede estar prohibido por razones de seguridad, aunque los horarios de apertura estén normalmente programados. Por tanto, es aconsejable comprobar las condiciones meteorológicas antes de planificar su visita, sobre todo en otoño e invierno. La última salida hacia el Château d’If desde el Puerto Viejo suele producirse una hora y media antes del cierre del monumento.
La entrada completa al Castillo de If cuesta 7 euros. La entrada es gratuita para los menores de 18 años acompañados de sus familias (excluidos los grupos escolares) y para los jóvenes de 18 a 25 años nacionales de la Unión Europea o que residan legalmente en Francia. Las personas discapacitadas y sus cuidadores también tienen derecho de entrada gratuita. Los solicitantes de empleo pueden acceder gratuitamente al monumento presentando un certificado de menos de seis meses de antigüedad. Existe una tarifa reducida de 5,50 euros para grupos de más de 20 personas y para titulares de un billete TGV inOUI válido durante menos de 5 días. Los titulares de la tarjeta SNCF Grand Voyageur se benefician de una tarifa preferente de 4 euros. Por último, la entrada es gratuita el primer domingo de cada mes entre noviembre y marzo, una excelente oportunidad para descubrir el monumento con un presupuesto ajustado.
Para aprovechar al máximo su visita a Marsella, existen varias opciones de billetes combinados. El Marseille City Pass, disponible en fórmulas de 24, 48 y 72 horas, incluye el acceso al Castillo de If y a numerosos museos y monumentos de la ciudad, además de transporte público ilimitado. Este pase supone un ahorro considerable si tiene previsto visitar varios lugares durante su estancia. También existe un pase gemelo para la Ciudadela de Marsella: presentando su billete de tarifa completa para uno de los dos monumentos, se beneficiará de una tarifa reducida para visitar el otro sitio, con una oferta válida durante un mes. Algunas navieras ofrecen billetes combinados que incluyen la travesía y la entrada al castillo, lo que también puede ahorrarle tiempo en taquilla. No olvide preguntar al reservar su lanzadera.
Descargue el audioguía para descubrir Marsella a pie y por su cuenta
¿Le gustaría explorar Marsella de una forma original y gratificante? La aplicación Navaway le ofrece un audioguía de Marsella, especialmente diseñado para ayudarle a descubrir los tesoros de la ciudad. Mientras pasea por las callejuelas del barrio del Panier, bordea el Puerto Viejo o admira la Bonne Mère, disfrutará de comentarios históricos y anécdotas cautivadoras que dan vida a cada lugar emblemático. Esta visita autoguiada le permitirá ir a su ritmo, hacer pausas cuando lo desee y disfrutar de una experiencia personalizada de la ciudad. Antes o después de su escapada al Castillo de If, deje que este itinerario Navaway le guíe por Marsella, convirtiendo su paseo en una auténtica aventura cultural.

La historia del castillo de If se remonta al siglo XVI, cuando Francisco I ordenó su construcción entre 1524 y 1531. Construido en un islote rocoso de tres hectáreas, a unos 3,5 kilómetros del Puerto Viejo, el fuerte tenía como objetivo proteger Marsella de posibles ataques desde el mar. Su situación estratégica le permitía vigilar la entrada del puerto y controlar los barcos que se acercaban a la ciudad. Su construcción requirió considerables recursos financieros y humanos, y todos los materiales tuvieron que ser enviados desde el continente. Paradójicamente, a pesar de su función defensiva inicial y de sus impresionantes cañones apuntando al mar, el castillo casi nunca tuvo que repeler un ataque. Su reputación disuasoria bastó para disuadir a los posibles atacantes en los siglos que siguieron a su construcción.
Desde principios del siglo XVII, el castillo de If cambió gradualmente su función para convertirse en prisión estatal. Esta transformación era lógica: aislado en medio del mar, rodeado de corrientes peligrosas y bajo vigilancia constante, el edificio era ideal para encarcelar a prisioneros cuya evasión había que impedir. La fortaleza acogía a presos de todas las clases sociales, pero las condiciones de detención variaban considerablemente según el estatus social y la riqueza. Los prisioneros ricos podían alquilar amplias celdas en los pisos superiores, equipadas con chimeneas y ventanas con vistas al mar. En cambio, los prisioneros más pobres languidecían en oscuros y húmedos calabozos del piso inferior, en condiciones sanitarias deplorables que a menudo les causaban la muerte prematura.
Algunos de los numerosos reclusos del castillo de If dejaron una huella especial en la historia. El conde de Mirabeau, futura gran figura de la Revolución Francesa, estuvo encarcelado allí durante un año por orden de su padre. Jean-Baptiste Chataud, capitán del Grand-Saint-Antoine, estuvo encerrado de 1720 a 1723, acusado de propagar la terrible peste que diezmó Marsella. Muchos opositores políticos y religiosos, sobre todo protestantes tras la revocación del Edicto de Nantes, también fueron encarcelados entre estos muros. La prisión también se utilizó durante el periodo revolucionario para internar a presos políticos. Hoy en día, cada una de estas celdas cuenta una historia de cautiverio, injusticia o represión, dando testimonio de las diferentes épocas turbulentas por las que ha pasado Francia.

En 1844, Alejandro Dumas inmortalizó el castillo de If en su célebre novela “El Conde de Montecristo”, transformando esta prisión real en el escenario de una ficción que se ha convertido en legendaria. En la historia, Edmond Dantès, un joven marino marsellés acusado injustamente de bonapartismo, es encerrado en el castillo durante catorce largos años. Durante su cautiverio, conoce al abate Faria, un erudito compañero de prisión que le revela la existencia de un fabuloso tesoro escondido en la isla de Montecristo. Tras la muerte del abate, Dantès protagoniza una espectacular fuga deslizándose en la bolsa para cadáveres destinada a su compañero de celda. Arrojado al mar desde las murallas, consigue liberarse y nadar hasta la libertad, antes de partir en busca de su venganza y su fortuna.
Aunque Edmond Dantès es un personaje puramente ficticio, Alejandro Dumas se inspiró en la auténtica atmósfera del castillo de If para crear su cautivadora historia. Las celdas que visitará hoy, incluida la apodada “celda de Edmond Dantès”, nunca albergaron al héroe de Dumas, pero corresponden a la descripción que se hace en la novela. El propio Dumas visitó el castillo antes de escribir su novela, y quedó impresionado por las condiciones en las que estaba recluido. El legendario túnel que supuestamente unía las celdas de Dantès y Faria nunca existió, pero esta licencia poética no resta nada al poder evocador del lugar. Miles de visitantes acuden todavía hoy en busca de las huellas de este preso imaginario, prueba de que la ficción puede a veces crear una realidad turística y emocional más fuerte que la propia historia.
El éxito mundial de El conde de Montecristo transformó radicalmente la forma de percibir y visitar el castillo de If. De simple monumento histórico pasó a convertirse en lugar de peregrinación literaria, atrayendo a lectores de todo el mundo. La novela fue adaptada en numerosas ocasiones al cine, el teatro y la televisión, lo que aumentó aún más la reputación del lugar. Hoy en día, esta dimensión novelística forma parte integrante de la experiencia del visitante, hasta el punto de que algunos turistas se sienten decepcionados al saber que Edmond Dantès nunca existió realmente. La historia del castillo se funde así con la de su prisionero más famoso, aunque ficticio, ilustrando a la perfección el poder de la literatura para modelar nuestra relación con los lugares y la historia.

Nada más llegar a la isla de If, la imponente silueta del castillo le sorprenderá. La visita comienza generalmente por la entrada fortificada, un austero pasadizo abovedado que sumerge inmediatamente al visitante en la atmósfera carcelaria del recinto. Una vez atravesada esta puerta monumental, se descubre el patio interior, un espacio central antaño bullicioso por la vida cotidiana de guardias y prisioneros. Los gruesos muros aún conservan las cicatrices del tiempo y dan testimonio de las duras condiciones de vida de la época. No deje de mirar hacia arriba para admirar la arquitectura militar del siglo XVI, con sus torres de vigilancia y almenas perfectamente conservadas. A continuación, la visita continúa por los diferentes niveles del castillo, cada uno de los cuales revela un aspecto particular de la historia del monumento.
El corazón de la visita es, sin duda, el descubrimiento de las celdas y mazmorras que dieron al Château d’If su siniestra reputación. Se puede entrar en varios de estos lugares de detención, incluida la famosa “celda de Edmond Dantès”, concebida en homenaje al personaje de Dumas. Las celdas de los pisos superiores, destinadas a los presos adinerados, son sorprendentemente cómodas, con chimeneas, ventanas y espacios aireados. En cambio, las mazmorras del nivel inferior, excavadas en la roca, ofrecen un sorprendente contraste con su oscuridad, humedad y estrechez. Paneles explicativos cuentan la historia de algunos de los presos reales que vivieron en estas cárceles. La atmósfera opresiva de estos lugares le permitirá comprender mejor lo que significaba estar encarcelado en el castillo de If en diferentes épocas.
El paseo por las murallas es sin duda uno de los momentos culminantes de su visita. Desde lo alto de las fortificaciones, podrá disfrutar de una excepcional vista panorámica de 360 grados de Marsella, el archipiélago de Frioul y el Mediterráneo. En un día despejado, podrá divisar la basílica de Notre-Dame de la Garde, que domina la ciudad, el animado Puerto Viejo y las calanques que se extienden hacia el este. Los antiguos puestos de tiro y emplazamientos de cañones recuerdan la función defensiva original del castillo. La pasarela permite dar la vuelta completa a la fortaleza y admirar las diferentes vistas del litoral. No olvide su cámara de fotos, ya que hay muchas oportunidades para hacer fotos espectaculares, especialmente al atardecer, cuando la luz dorada hace arder la fachada ocre de la ciudad.
Varias salas del castillo albergan exposiciones permanentes y temporales que le ayudarán a comprender mejor el lugar. Descubrirá documentos de archivo relativos a prisioneros célebres, maquetas que ilustran la evolución arquitectónica del monumento a lo largo de los siglos y objetos hallados en excavaciones arqueológicas. Una sección está dedicada a la historia marítima de Marsella y al papel estratégico del castillo en la defensa del puerto. Otra parte de la exposición explora los vínculos entre el monumento y la literatura, especialmente a través de “El Conde de Montecristo”. Los paneles didácticos bilingües en francés e inglés garantizan que todos los visitantes puedan beneficiarse plenamente de la información presentada. Estos espacios museísticos constituyen un complemento inteligente a la visita de las partes históricas del castillo, aportando una valiosa perspectiva cultural.
Para aprovechar al máximo su visita al Château d’If, le recomendamos algunas cosas. En primer lugar, asegúrese de comprobar la previsión meteorológica antes de salir, ya que el mar agitado puede impedirle entrar en la isla, aunque el monumento esté oficialmente abierto. Asegúrese de llevar calzado cómodo y antideslizante, ya que el suelo es a veces irregular y resbaladizo, sobre todo después de llover. En verano, el sol pega fuerte en la isla, que no tiene sombra, así que no olvide llevar agua (hay un punto de agua disponible en el lugar), sombrero y crema solar. No se permiten maletas ni mochilas grandes, ya que no hay consigna en la isla. Es mejor planear la visita por la mañana, para evitar las multitudes de turistas que suelen llegar a mediodía. La visita puede durar entre hora y media y dos horas.
Es importante tener en cuenta que, lamentablemente, el castillo de If no es accesible para personas con movilidad reducida debido a las irregularidades del terreno, los numerosos escalones y la ausencia de ascensor. Por razones de seguridad y conservación, tampoco está permitido el acceso de cochecitos de niños al interior del monumento. Hay aseos en el lugar, así como varios bancos para descansar durante la visita. Sin embargo, no hay restaurantes ni tiendas en la isla, así que recuerde llevar un tentempié si lo necesita. Como el lugar forma parte del Parque Nacional de Calanques, está estrictamente prohibido ensuciar la isla, fumar (incluso en el exterior), dar de comer a las gaviotas o tirar piedras. Sólo se admiten perros de asistencia en el interior del monumento.
Aunque puede comprar las entradas in situ, se recomienda encarecidamente reservar el billete de entrada al castillo y la travesía marítima por Internet, sobre todo en temporada alta. Así evitará largas colas en las taquillas y tendrá garantizada una plaza en el barco a la hora que desee. Algunas navieras ofrecen billetes combinados que incluyen la travesía y la entrada al monumento, lo que simplifica el proceso. Si utiliza un Marseille City Pass u otro billete combinado, asegúrese de comprobar las condiciones específicas de reserva. La reserva previa es obligatoria para los grupos de más de veinte personas. Durante los periodos de obras o eventos especiales, pueden producirse cambios en el itinerario, así que consulte la página web oficial del monumento antes de su visita para mantenerse informado de cualquier interrupción.
Si dispone de medio día o de un día entero, sería una pena visitar únicamente el castillo de If sin explorar el cercano archipiélago de Frioul. Este grupo de islas salvajes y vírgenes ofrece un cambio total de escenario a un tiro de piedra de Marsella. Las lanzaderas marítimas suelen ofrecer paquetes combinados que le permitirán visitar el castillo y luego continuar hacia las islas de Frioul, o viceversa. Una vez allí, descubrirá auténticos paisajes mediterráneos, calas turquesas y una flora y fauna extraordinarias protegidas por el Parque Nacional de las Calanques. El pequeño puerto de Ile Ratonneau alberga numerosos restaurantes y cafés donde podrá almorzar admirando las vistas al mar. Las rutas de senderismo señalizadas permiten explorar las islas a pie y acceder a espectaculares miradores.
El archipiélago de Friuli se presta a un sinfín de actividades al aire libre que harán las delicias tanto de los amantes de la naturaleza como de los amantes de las emociones fuertes. Se puede nadar en numerosas calas protegidas, aunque el agua se mantiene fresca incluso en verano. Los excepcionales fondos marinos atraen a buceadores y submarinistas, que pueden observar una biodiversidad marina intacta. Varios clubes de submarinismo de Marsella organizan excursiones al archipiélago. Los senderistas apreciarán los senderos que serpentean entre las calanques en miniatura, las antiguas baterías militares y los miradores panorámicos. El kayak de mar es otra forma de explorar la escarpada costa del archipiélago desde otro ángulo. Mientras visita las islas, déjese guiar por la aplicación Navaway para descubrir Marsella y sus alrededores, que enriquecerá su exploración con fascinantes comentarios sobre este excepcional patrimonio natural.

Tras regresar del Castillo de If, aproveche su estancia en el barrio del Vieux-Port para ampliar su descubrimiento de Marsella. A dos pasos del muelle, el Fuerte Saint-Jean y el MuCEM (Museo de la Civilización Europea y Mediterránea) merecen una visita. Estos dos lugares están unidos por una pasarela espectacular que ofrece una vista impresionante de la entrada del puerto. El barrio de Panier, el más antiguo de Francia, también se encuentra en las inmediaciones. Sus callejuelas de colores, sus plazas sombreadas y sus fachadas en ruinas tienen un encanto auténtico que descubrirá al bajar las escaleras. Numerosos talleres de artistas, tiendas de artesanía y pequeños restaurantes típicos mantienen vivo este barrio popular, que ha sabido conservar su alma marsellesa a pesar de la creciente presión turística.
Para terminar el día en Marsella, merece la pena visitar algunos monumentos emblemáticos de la ciudad. La basílica de Notre-Dame de la Garde, apodada “la Buena Madre” por los marselleses, domina la ciudad desde lo alto de su colina, ofreciendo una vista panorámica excepcional de toda la zona urbana. La subida puede hacerse a pie, para los más valientes, o en tren turístico. El Palacio Longchamp, obra maestra de la arquitectura del siglo XIX, alberga el Museo de Bellas Artes y el Museo de Historia Natural en un refrescante entorno verde. Los amantes de la naturaleza no querrán perderse una excursión a las calanques de Marsella y Cassis, auténticas joyas del litoral mediterráneo, accesibles en barco o a pie para los excursionistas. El itinerario Navaway Marsella le guiará por todos estos lugares emblemáticos, con enriquecedores audiocomentarios que darán vida a su paseo urbano.
En conclusión, una visita al castillo de If es mucho más que una simple excursión turística: es un viaje en el tiempo que le sumerge en la historia marítima y carcelaria de Marsella, al tiempo que le ofrece unas impresionantes vistas panorámicas del Mediterráneo. Entre las leyendas literarias escritas por Alejandro Dumas y la realidad histórica de esta prisión estatal, el monumento presenta múltiples facetas que fascinan a grandes y pequeños. La ubicación única del castillo en su islote rocoso, accesible sólo en barco, añade una dimensión aventurera a la visita que dejará una impresión duradera en su estancia en Marsella. Ya sea aficionado a la historia, amante de la literatura, fotógrafo en busca de instantáneas espectaculares o simplemente curioso por descubrir este emblemático lugar, el castillo de If no le decepcionará. No dude en dedicar media jornada completa a esta escapada isleña, combinándola eventualmente con una visita a las cercanas islas Frioul. Para ayudarle a preparar su visita y explorar Marsella con mayor profundidad, descargue la aplicación Navaway, que le guiará paso a paso para descubrir la ciudad de Marsella y sus tesoros ocultos.
La visita al castillo de If dura de media entre una hora y una hora y media, dependiendo de su ritmo y de su interés por la historia del monumento. También tendrá que añadir unos 40 minutos para la travesía marítima de vuelta desde el Puerto Viejo de Marsella. En total, la duración de la excursión oscila entre 2h30 y 3h, o incluso más si desea aprovechar al máximo las vistas panorámicas y leer todos los paneles explicativos.
Desgraciadamente, el castillo de If no es accesible para personas con movilidad reducida debido al terreno muy accidentado, las numerosas escaleras y la ausencia de ascensor. Además, el recinto tiene varios niveles conectados únicamente por escalones a veces estrechos. Los cochecitos de niños tampoco están permitidos en el interior del monumento, por las mismas razones de seguridad y de acondicionamiento del lugar.
No, el baño está estrictamente prohibido en los alrededores de la isla de If debido a las peligrosas corrientes marinas y al intenso tráfico marítimo. Si quieres bañarte durante tu viaje por mar, opta por hacer escala en las islas Frioul, donde hay varias calas que ofrecen condiciones más seguras para el baño, aunque el agua se mantiene fresca incluso en verano.
No, no hay restaurantes en la isla de If. Sólo hay un punto de agua potable para saciar la sed. Por tanto, le recomendamos que lleve agua y un tentempié si tiene hambre durante su visita. En cambio, el Puerto Viejo de Marsella está lleno de restaurantes y cafés donde podrá comer algo antes o después de la visita.
Sí, el castillo de If está abierto todo el año excepto los lunes durante el periodo invernal (del 1 de octubre al 31 de marzo) y los días festivos del 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre. No obstante, las condiciones meteorológicas invernales pueden obligar a cancelar las travesías marítimas en caso de mar agitado o vientos violentos de mistral. Por tanto, es imprescindible comprobar las condiciones meteorológicas y la disponibilidad de las lanzaderas antes de viajar en invierno.
No, Edmond Dantès, el héroe de la novela de Alejandro Dumas “El Conde de Montecristo”, es un personaje totalmente ficticio que nunca existió. La celda que lleva su nombre en el castillo es una construcción posterior creada en homenaje a la novela que dio fama mundial al monumento. En cambio, entre los siglos XVII y XIX, en las cárceles del castillo hubo muchos prisioneros reales.
Aunque la reserva no es obligatoria, se recomienda encarecidamente, sobre todo durante la temporada turística alta (de mayo a septiembre). Reservar en línea el billete de entrada y la travesía marítima le evitará colas en las taquillas y le garantizará una plaza en el barco a la hora que desee. Algunas empresas ofrecen billetes combinados muy prácticos que incluyen la travesía y la entrada al monumento.
Sí, está permitido hacer fotografías en todo el castillo para uso personal. Incluso se recomienda, dadas las espectaculares vistas desde las murallas. Sin embargo, se requiere autorización previa para el uso de trípodes profesionales o fotografía comercial. Los drones tienen prohibido sobrevolar todo el recinto, situado en el Parque Nacional de las Calanques.
La época ideal para visitar el castillo de If es de abril a junio y de septiembre a octubre. Durante estos meses, el tiempo suele ser suave, hay menos turistas que en pleno verano y el alojamiento en Marsella es a veces más barato. Además, la primavera ofrece una luz especialmente bella para los fotógrafos, mientras que el otoño permite disfrutar de un mar relativamente cálido.
Por supuesto. La visita al Château d’If dura entre 2h30 y 3h en total (incluida la travesía), por lo que tendrá tiempo de sobra para descubrir otras atracciones de Marsella en el mismo día. El MuCEM y el Fuerte Saint-Jean, situados cerca del embarcadero, son complementos perfectos. También puede optar por un paquete combinado que incluya las islas Frioul, o dedicar la tarde a explorar el barrio de Panier y el Puerto Viejo en laaudioguía Navaway de Marsella.
200 recorridos audioguiados para visitar ciudades de todo el mundo.
Descargar