La estatua de Oscar Wilde

Si bien Dublín cuenta con una colección de estatuas con la efigie de personalidades que han marcado su historia, la que se presenta ante ti es particularmente exitosa. Tan grande por el tamaño como por la carrera que forjó, Oscar Wilde es una figura fuertemente ligada a la ciudad que lo vio nacer, no muy lejos del Merrion square Park. Este joven dublinés de buena familia, muy pronto loco por los placeres de la literatura, se convertirá en un escritor de espíritu acerbo y estilo llamativo, conocido por sus escritos brillantes y provocadores, como “El retrato de Dorian Grey”, que suscitó un verdadero escándalo durante su publicación. ¡Pero los escándalos también estallaron en su vida privada! Su apasionada relación con Lord Alfred Douglas le valió incluso un  juicio por “indecencia” en 1895, condenándolo a 2 años de trabajos forzados. Tras su liberación, Oscar Wilde prefirió exiliarse en París, donde murió en la pobreza en 1900. Su tumba en Père-Lachaise es una de las más visitadas del famoso cementerio. La estatua que ves aquí fue realizada por Danny Osborne e inaugurada en 1997. El artista elige representarlo en esta pose relajada, con una sonrisa burlona en los labios. Es una fiel representación de la complejidad del personaje, irreverente, excéntrico, afeminado y lleno de encanto. Este homenaje, fino y con piedras semipreciosas, recuerda la personalidad colorida de este dandi, que creía ciegamente en el refinamiento y la elegancia. Dependiendo de tu posición, la estatua te parecerá un poco triste o un poco sonriente. Una brillante manera de ilustrar la naturaleza dividida del autor, en varios ámbitos de su vida. Te dejo con la cita del autor que se grabó en la placa conmemorativa: “We are all in the gutter, but some of us are looking at the stars” Todos estamos en la alcantarilla, pero algunos de nosotros miramos a las estrellas.