El barrio Temple Bar

Lo has entendido con la vitrina roja del famoso pub de la esquina, te encuentras en el corazón del tan popular y moderno barrio Temple Bar. No, el barrio no tomó el nombre del pub, sino el del rector del Trinity College en el siglo XVII: Sir William Temple. Otra teoría pensaría más bien que el nombre del barrio hace eco de su homónimo londinense que era la principal entrada a la capital medieval. En ese momento, las puertas de entrada se llamaban “bares”, y la puerta principal de Londres se encontraba en el barrio del Templo, de ahí la evolución del nombre. Sea como sea, el lugar tenía bastante mala fama en el siglo XVII e incluso se convirtió en el centro de la prostitución dublinesa en la década de 1800 debido a la presencia de muchas tabernas y teatros, y la gran población de mujeres que vivían en la pobreza extrema. El barrio termina perdiendo popularidad y cayendo en el olvido. En los años 70, una empresa de transporte propuso comprar y demoler el barrio para construir una estación de autobuses y un centro comercial. Ante las protestas de los habitantes, el municipio decidió convertir el Temple Bar en un barrio cultural. Los bajos alquileres de las viviendas atrajeron a artesanos y creadores, y surgieron varias instalaciones culturales, como el centro de fotografía irlandés, los archivos de cine irlandés, escuelas de arte dramático, teatros y estudios de artistas. Anormalmente tranquilas durante el día, las callejuelas de los alrededores se vuelven irreconocibles cuando la animación de la vida nocturna hace su aparición y se adentra en los diversos irish pubs que hay en el perímetro. ¡No te molestes en contarlos, son demasiados! Las vidrieras que llaman la atención, la música que silba en los oídos y los miles de olores a bebida pueden convencerte para que entres a tomar algo. No es de extrañar que, desde el comienzo del Happy Hour, el barrio Temple Bar esté lleno de gente. Pero quien dice abarrotado, a menudo dice ambiente cálido. ¡Sería un error resistirse!