Mercado cubierto

Aquí pasas por el mercado cubierto de Dole. Este edificio, construido en 1883, sustituyó al antiguo parlamento de la ciudad, que se alzaba aquí desde 1422. Construido en ladrillo, hierro fundido, vidrio y metal, alberga los puestos de un mercado que reúne lo mejor de la gastronomía jurassiana. Por cierto, hablemos un poco de estos productos. ¿Sabes lo que puedes encontrar en este mercado? Encontrarás fácilmente las famosas salchichas de Morteau y Montbéliard, las dos grandes estrellas del Jura. La salchicha de Montbéliard data del siglo I a.C. y se elabora con carne de cerdo ahumada lentamente, al igual que la salchicha de Morteau, que data del siglo XVI. Otra especialidad que debes probar en la región es el queso, que aquí se presenta en distintas recetas. Tienes el Mont d’Or, un queso blando de leche de vaca; el Comté; el Morbier, que tiene una capa negra de cenizas que separan la pasta horizontalmente en el medio; el Bleu de Gex, un queso azul dulce; y la cancoillotte, para disfrutar entre el plato principal y el postre. Como plato fuerte, hay la boîte chaude, un tipo de fondue realizado con el queso Mont d’Or, ideal para untar con pan, papas y embutidos en los meses fríos, la fondue de Comté o el gratinado de patatas con Morbier… ¡Hay tantas posibilidades si eres un amante del queso! También encontrarás otros platos como el jamón ahumado de Haut-Doubs, gallina de Bresse y croûte forestière o tostada forestal. En cuanto al vino, el Jura también está muy bien servido: vino blanco, tinto, rosado, crémant, vin jaune (vino amarillo) y vin de paille (vino de pasas), los dos últimos son especialidades de la región que aportan sabores únicos a su cocina, ¡hay para todos los gustos! Si deseas saber más sobre los vinos del Jura, te recomiendo una visita al Museo de la Viña y el Vino de Arbois, a unos 40 minutos en coche de Dole. Por último, pasemos a los postres, donde podrás elegir entre la apetitosa galette comtoise, una especie de roscón de reyes hecho con pasta choux y azahar; la galette au quemeau, también con azahar; y la téméraire, una galleta de mantequilla cubierta de manzanas, peras o uvas flambeadas. Vamos, con todo esto, ¡tienes suficiente para darte un buen festín!