Visitar Dinard: 13 monumentos y lugares imprescindibles

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Apodada la “Perla de la Costa Esmeralda”, Dinard es una elegante estación balnearia con arquitectura de la Belle Époque, playas de arena fina y excepcionales vistas sobre Saint-Malo. Frente a la ciudad corsaria, esta localidad de Ille-et-Vilaine ha sabido conservar su encanto de antaño al tiempo que ofrece un sinfín de actividades para todos los visitantes. Con sus suntuosas villas, sus paseos marítimos y su patrimonio cultural único, una visita a Dinard promete una escapada inolvidable en Bretaña. Aquí tiene 13 cosas imprescindibles que descubrir durante su estancia.

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1. El paseo Clair de Lune

El paseo marítimo Clair de Lune, un verdadero hito de Dinard, es sin duda uno de los paseos más bellos de Bretaña. Este sendero ajardinado serpentea durante casi dos kilómetros a lo largo del paseo marítimo, desde la playa de Prieuré hasta la ensenada de Bec-de-la-Vallée. A lo largo de este encantador recorrido, disfrutará de unas vistas excepcionales sobre el estuario del Rance, las murallas de Saint-Malo y el fuerte de la ciudad corsaria.

Lo que hace único a este paseo es su inesperado ambiente mediterráneo en Bretaña. Palmeras, mimosas y agapantos bordean el sendero, creando un llamativo contraste con el litoral bretón. Los cuidados jardines añaden un toque de color y serenidad a este paseo marítimo. En verano, los espectáculos de luz y sonido realzan la zona al caer la noche, creando una atmósfera mágica que justifica plenamente el poético nombre de este paseo. Déjese guiar por el itinerario Navaway para descubrir todos los secretos de esta ciudad costera durante su visita a la región.

2. Playa L’Écluse

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En el corazón de Dinard, la Plage de l’Écluse personifica el espíritu Belle Époque de la estación balnearia. Reconocible por sus famosas cabañas a rayas azules y blancas, esta gran playa de arena está bordeada por majestuosos hoteles y el casino de la Barrière, testigos de la época dorada del turismo aristocrático. Con su orientación sur, se beneficia de una insolación óptima y ofrece una vista inmejorable de la Pointe du Moulinet y sus villas.

Plage de l’Écluse ofrece numerosas actividades para toda la familia. Hay una piscina de agua de mar climatizada para los nadadores, y kayak y paddle boarding para los entusiastas de los deportes acuáticos. Los niños pueden disfrutar de un club de playa en verano y construir castillos de arena bajo la atenta mirada del famoso trampolín. Las terrazas de los restaurantes y cafés que bordean el paseo marítimo permiten disfrutar de un momento de relax frente al mar, mientras se admira el ballet de veleros en la bahía.

3. Otras playas de Dinard

La playa de L’Écluse es la más famosa, pero Dinard cuenta con otras tres playas que bien merecen una visita. La playa de Saint-Énogat, situada en el casco antiguo considerado la cuna de Dinard, ofrece un ambiente más auténtico y familiar. Protegida por un rompeolas, alberga un club náutico y ofrece cursos para todos los niveles. Sus coloridas cabañas de madera añaden un toque de encanto retro a esta zona virgen.

La gran playa de Prieuré, punto de partida del paseo marítimo Clair de Lune, ofrece un ambiente agradable y deportivo. Cuenta con instalaciones de fitness al aire libre, un minigolf y varios restaurantes de playa. La playa de Port-Blanc, la más salvaje de las cuatro, atrae a los amantes de la tranquilidad y la naturaleza. Cercana a un camping, es ideal para los que buscan una escapada más íntima lejos del bullicio del centro de la ciudad. El itinerario audioguiado Navaway le permite descubrir estas diferentes zonas por su cuenta mientras explora la costa.

4. Pointe du Moulinet y sus villas

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La punta del Moulinet es una de las joyas arquitectónicas de Dinard. Esta península rocosa, que albergaba algunas casitas de pescadores y un pequeño molino, se transformó a finales del siglo XIX en una zona residencial favorecida por la aristocracia británica y francesa. Hoy en día, cuenta con una excepcional concentración de villas de la Belle Époque de estilos muy variados: casas solariegas neogóticas, casas de campo normandas, casas de campo inglesas y palacios neorrenacentistas se codean en un eclecticismo arquitectónico fascinante.

El paseo por la Pointe du Moulinet ofrece unas vistas espectaculares de la bahía de Saint-Malo, la isla de Cézembre y los islotes circundantes. Podrá admirar estas suntuosas residencias desde el paseo, mientras disfruta de las cambiantes vistas desde las rocas. Algunas de las villas llevan nombres evocadores como “Les Mouettes”, “Le Castel” y “Villa Ker Armor”, testigos de una época en la que el lugar de vacaciones de Dordoña atraía a la élite europea. La Oficina de Turismo ofrece visitas guiadas para comprender la historia de estos edificios y de sus ilustres propietarios.

5. Chalet Les Roches Brunes

De entre todas las villas de Dinard, Les Roches Brunes destaca por su presencia y su historia. Construida en 1893 en el estilo neo-Louis XIII característico del eclecticismo de la Belle Époque, esta residencia monumental domina con orgullo la punta de las Malvinas desde lo alto de su acantilado. Sus ladrillos rosas, sus esbeltas torrecillas y sus altas chimeneas la convierten en uno de los edificios más fotografiados de la estación balnearia. Declarada Monumento Histórico, fue legada a la ciudad en 2007.

En la actualidad, la Villa Les Roches Brunes acoge regularmente exposiciones temporales de arte contemporáneo, conciertos y actos culturales. Un recorrido por las instalaciones revela la arquitectura interior conservada, con su carpintería original y sus coloridas vidrieras. Pero lo más destacado es la terraza panorámica, un auténtico balcón suspendido sobre las olas, desde el que se puede contemplar un espectáculo marítimo incomparable. En un día despejado, la vista se extiende hasta el Cabo Fréhel, ofreciendo una de las vistas más hermosas de la Costa Esmeralda.

6. Mercado de Dinard

Visitar Dinard sin visitar el mercado sería perderse una experiencia auténticamente bretona. Las Halles de la Concorde, con su luminoso y moderno techo de cristal, acogen cada mañana a productores y comerciantes locales que ofrecen lo mejor de los productos regionales. Mariscos recién pescados, verduras de temporada, quesos de granja, sidras artesanales y especialidades bretonas componen un retablo gastronómico que deleita los sentidos.

Los martes, jueves y sábados, el mercado al aire libre se extiende alrededor de los pabellones cubiertos y reúne hasta 300 comerciantes en temporada alta. El ambiente es especialmente acogedor, con lugareños y veraneantes mezclados en un alegre bullicio. Las terrazas de los cafés de los alrededores se llenan rápidamente de clientes que han venido a disfrutar de sus compras in situ. No se pierda el emblemático puesto de galettes-saucisses, una auténtica institución de la Dordoña donde la cola es testimonio de la calidad de esta especialidad local revisitada.

7. Especialidades culinarias bretonas

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La gastronomía forma parte integrante de la experiencia de la Dordoña. La ciudad está repleta de restaurantes y creperías donde saborear auténticas especialidades bretonas. Las tortitas de trigo sarraceno, cubiertas con productos locales como andouille de Guémené y jambon blanc, son una comida completa y sabrosa. Los crêpes dulces con caramelo casero de mantequilla salada derretirán su paladar goloso, mientras que el kouign-amann, un pastel bretón caramelizado, es una explosión de sabor en el paladar.

La proximidad del mar garantiza un marisco excepcionalmente fresco. Las ostras de Cancale, las vieiras, las langostas y los centollos se pueden degustar en terrazas frente al mar. Los restaurantes de Dinard también ofrecen especialidades como la dieppoise a la marmita y las bandejas de marisco, todo un himno a la riqueza marítima de Bretaña. Para acompañar estos platos, nada mejor que una sidra de granja o un vino blanco del Loira bien frío, para realzar los sabores yodados de los productos locales.

8. Festival de Cine Británico e Irlandés

Desde hace más de 35 años, Dinard acoge cada otoño el Festival de Cine Británico e Irlandés, cita ineludible del cine europeo. Durante cinco días a principios de octubre, la ciudad se transforma en un enclave cinematográfico donde se codean directores, actores y cinéfilos de todo el mundo. Las cinco salas de proyección de la estación proyectan una selección de películas a concurso, cortometrajes y documentales que ponen de relieve el cine británico e irlandés contemporáneo.

El ambiente del festival es único: alfombras rojas frente al mar, encuentros con los artistas en un ambiente cordial y proyecciones al aire libre frente al mar crean una experiencia cultural inolvidable. El jurado, compuesto por personalidades del mundo del cine, concede varios premios, entre ellos el prestigioso Hitchcock d’Or. Incluso fuera del período del festival, el espíritu cinéfilo de Dinard pervive a través de sus cines, que proyectan regularmente películas británicas en versión original, perpetuando el vínculo especial entre la ciudad y la cultura del otro lado del Canal de la Mancha.

Descargue el audioguía para descubrir Saint-Malo a pie y por su cuenta

Para completar su descubrimiento de la región, le recomendamos que siga la audioguía Navaway de Saint-Malo, la ciudad vecina a sólo 10 minutos en barco de Dinard. Este circuito de 6,5 km con 30 puntos de interés le permitirá explorar la ciudad corsaria a su aire, con comentarios históricos y anécdotas cautivadoras sobre las murallas, la catedral y el patrimonio marítimo de esta emblemática ciudad de la Costa Esmeralda.

9. La estatua de Alfred Hitchcock

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En homenaje al maestro del suspense que fue el padrino espiritual del festival de cine, Dinard ha erigido una sorprendente estatua de Alfred Hitchcock en el malecón de la Plage de l’Écluse. La escultura de bronce representa al director en una pose característica, con la corbata al viento y una gaviota posada en su hombro, en referencia a su famosa película “Los pájaros”. La obra, inaugurada en 2014, se ha convertido rápidamente en una de las localizaciones fotográficas más populares del complejo.

La estatua se integra perfectamente en el paisaje de Dinard, testimonio de la influencia cultural británica en la ciudad. Hitchcock, aunque nunca vivió en Dinard, encarna la excelencia del cine británico que el festival celebra cada año. A los visitantes les encanta fotografiarse junto a esta imponente figura, creando un vínculo simbólico entre el pasado aristocrático anglosajón de Dinard y su actual vocación cinematográfica. La estatua es también el punto de partida de un “Paseo de los Directores”, con placas que rinden homenaje a los grandes nombres del cine británico.

10. Iglesia anglicana de San Bartolomé

Testimonio elocuente de la influencia británica en Dinard, la iglesia anglicana de San Bartolomé destaca por su arquitectura típicamente anglosajona en el corazón de Bretaña. Construida a finales del siglo XIX para responder a las necesidades espirituales de la comunidad británica de veraneantes, presenta un estilo neogótico inglés reconocible por su cantería gris, sus vidrieras de colores y su esbelto campanario. Tras su discreta fachada se esconde un interior cálido y exótico.

El interior de la iglesia está decorado en un estilo “tan británico”, con paneles de madera oscura, bancos tallados, cojines bordados y placas conmemorativas de latón. Las vidrieras cuentan historias bíblicas en un estilo victoriano característico, difundiendo una luz tenue propicia para la meditación. La iglesia sigue acogiendo oficios anglicanos y conciertos de música clásica, continuando así una tradición centenaria. Una visita a la iglesia es un interludio inesperado durante su estancia en Dinard, que ilustra perfectamente el cosmopolitismo que ha dado forma a la identidad única de esta estación balnearia.

11. Parque de Port Breton

Pulmón verde de Dinard, el parque de Port-Breton se extiende a lo largo de 23 hectáreas de verdor frente a la playa de Prieuré. Este espacio natural intacto era originalmente el jardín privado de la casa solariega de Port-Breton, construida en 1920 por un aristócrata británico. Hoy propiedad municipal, ofrece a los visitantes un remanso de paz en el que pasear a la sombra de árboles centenarios, descubrir una rica colección botánica y observar una variada fauna en el parque de animales.

El parque alberga gamos, pavos reales, cabras enanas y numerosas especies de aves, para deleite de grandes y pequeños. Los senderos ajardinados serpentean entre parterres, estanques y maleza, ofreciendo una variedad de paseos para todos los gustos. Las zonas de juegos infantiles, las mesas de picnic y el extenso césped lo convierten en el lugar ideal para una escapada en familia durante su visita a Dinard. El contraste entre este jardín de estilo inglés y la proximidad del mar crea una atmósfera única, característica del encanto de Dinard, donde naturaleza y elegancia se combinan armoniosamente.

12. Excursión en barco a Saint-Malo

Una de las mejores maneras de descubrir la bahía es tomar el “autobús del mar”, que une Dinard con Saint-Malo en sólo 10 minutos. Esta travesía marítima, operada desde 1904 por la Compagnie Corsaire, ofrece vistas únicas de las dos ciudades y sus respectivas fortificaciones. Desde la cubierta del barco, podrá admirar las murallas de la ciudad corsaria, las villas Belle Époque de Dinard encaramadas a sus acantilados y los fuertes que custodian la entrada del estuario del Rance.

La compañía también ofrece excursiones más largas a la isla de Cézembre, las islas Chausey o el cabo Fréhel, que permiten explorar las maravillas de la Costa Esmeralda desde el mar. Estos cruceros guiados revelan la historia marítima de la región, las técnicas de navegación y las leyendas locales. El ballet de los veleros, los gritos de las gaviotas y el aire marino crean un ambiente auténticamente bretón. Si desea ver Dinard desde otro ángulo, una salida al mar es una experiencia ineludible que enriquecerá su estancia y le dejará recuerdos inolvidables.

13. La presa de Rance y la ruta ciclista

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A pocos kilómetros de Dinard, la presa de Rance es una fascinante obra de ingeniería. Inaugurada en 1966, fue durante muchos años la mayor central mareomotriz del mundo, produciendo electricidad gracias a la excepcional amplitud de las mareas en el estuario (hasta 13 metros de amplitud). Un centro de descubrimiento gratuito explica el funcionamiento de esta central única y su papel en la producción de energías renovables.

La ruta ciclista Émeraude Bords de Rance, con salida en Dinard, ofrece un magnífico itinerario de 38 kilómetros accesible a todos. Este itinerario señalizado bordea el estuario, atraviesa pueblos con encanto como La Richardais y recorre vías verdes ajardinadas que ofrecen panoramas cambiantes entre el mar y el campo. Los ciclistas descubrirán otra cara de la región, más bucólica y virgen. En Dinard hay varios puntos de alquiler de bicicletas para acceder fácilmente a esta ruta, que puede completarse en media jornada, con paradas gastronómicas en las creperías y restaurantes del camino.

En conclusión, visitar Dinard es sumergirse en el ambiente elegante de una estación balnearia que ha sabido conservar su patrimonio de la Belle Époque adaptándose a las expectativas del viajero contemporáneo. Con sus playas de arena fina, su notable arquitectura, su cultura cinematográfica y su gastronomía bretona, la ciudad ofrece un abanico de actividades que seducirá a todo tipo de visitantes. Su proximidad a Saint-Malo, accesible a través de la audioguía Navaway, también la convierte en un punto de partida ideal para explorar la Costa Esmeralda. Ya sea para relajarse a orillas del mar, descubrir el patrimonio o disfrutar de la gastronomía, Dinard le seducirá por su autenticidad y su carácter único en la costa bretona.

FAQ : Visitar Dinard

¿Cuál es la mejor época para visitar Dinard?

La mejor época es de mayo a septiembre, con un pico en julio y agosto. La primavera y principios de otoño ofrecen un buen compromiso entre clima agradable y aglomeraciones moderadas, sobre todo porque en octubre se celebra el Festival de Cine Británico.

¿Cómo llegar a Dinard desde Saint-Malo?

El autobús marítimo de la Compagnie Corsaire ofrece una travesía de 10 minutos desde la grada de Dinan hasta Saint-Malo. También hay autobuses regulares que unen las dos ciudades en unos 20 minutos. En coche, 15 minutos por la presa de Rance.

¿Cuánto tiempo se tarda en visitar Dinard?

Un día es suficiente para descubrir los principales lugares de interés: el paseo marítimo Clair de Lune, la playa Écluse, la Pointe du Moulinet y el mercado. Para disfrutar plenamente del ambiente, las playas y los alrededores, lo ideal es un fin de semana de dos o tres días.

¿Se puede nadar en Dinard todo el año?

El baño es agradable de junio a septiembre, con aguas que alcanzan los 18-20°C en verano. Fuera de temporada, las playas siguen siendo accesibles para pasear y contemplar, pero el agua está fresca (12-15°C). La piscina de agua de mar climatizada de Plage de l’Écluse abre de mayo a septiembre.

¿Dónde puedo aparcar en Dinard?

Existen varios aparcamientos: el de la Plage (el más cercano al centro), el de las Acacias y el de Port-Blanc. En temporada alta, es mejor llegar pronto o utilizar los aparcamientos disuasorios de las afueras de la ciudad. Una vez aparcado, se puede llegar a pie al centro de la ciudad.

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