Capilla Notre-Dame de Bonsecours

No nos malinterpretes, hay una buena razón por la que queríamos que te detuvieras aquí. Como puedes leer en uno de los carteles que cuelgan del muro bajo de la izquierda, no muy lejos de ti se encuentra la capilla de Notre-Dame de Bonsecours. Aunque podrás ver su silueta desde el Muelle Enrique IV y el Muelle del Hâble, es muy recomendable que subas hasta la capilla para verla de cerca y aprovechar la excepcional vista que ofrece desde lo alto del acantilado. Para llegar a ella, toma el Camino de la Bastilla y luego el estrecho sendero a la izquierda de la calle Samuel de Champlain. Con vista al barrio de Pollet, la capilla de Notre-Dame de Bonsecours domina tranquilamente los alrededores desde 1876. Concebida originalmente como un simple lugar de peregrinación, con el tiempo se dedicó a la memoria de los marineros de Dieppe muertos en el mar, a principios del siglo XX. En la parte inferior de los muros interiores hay placas conmemorativas en las que varias familias lloran la pérdida de un padre, marido o hermano que nunca regresó del mar. A ambos lados de la estatua mariana de la Virgen coronada, también verás un grupo de ofrendas exvoto en forma de barcos en miniatura. Este tipo de ofrendas las dejaban los marineros, antes o después de zarpar, para asegurarse la protección de la Virgen María o, por el contrario, para agradecerle por habersela concedido. A pesar de su interesante mezcla de arquitectura románica, bizantina y oriental, la capilla de Notre-Dame de Bonsecours tiene un aspecto muy sobrio. Tanto por dentro como por fuera. Una sencillez y un minimalismo que hacen aún más conmovedora su visita.