Teatro Imperial

Mira el edificio de la esquina que tienes delante. Parece un simple edificio del siglo XIX, ¡y sin embargo es el Teatro Imperial! Así que si hoy te parece modesto, ¡debes saber que en realidad no es lo que Napoleón III tenía en mente! En realidad había imaginado un teatro grandioso, digno de recibir a sus ilustres invitados durante sus estancias en Compiègne. Ya existía uno, pero era francamente demasiado pequeño y estaba un poco deteriorado, y Napoleón III pensó que así no se podía recibir a los invitados. Así que eligió el lugar del antiguo convento carmelita, y pidió al arquitecto que ya se había encargado de renovar el palacio que construyera un nuevo salón de estilo italiano, más grande y moderno. Mira el puente escalonado sobre la calle. También fue idea suya, para proporcionar un agradable enlace entre los grandes pisos del palacio y la logia imperial. La construcción comenzó en 1867 y el arquitecto se inspiró en la Ópera de Versalles, queriendo crear una obra que estuviera en perfecta sintonía con la estética del Segundo Imperio. Pero el problema era que Francia estaba en guerra con Prusia, y la derrota de Sedán había arruinado al reino. En 1870, cuando las obras se detuvieron por falta de fondos, los muros seguían en pie, pero la decoración del escenario distaba mucho de estar terminada. Sólo el escultor Gustave Crauk tuvo tiempo de completar su encargo, y sus estatuas adornan aún hoy el escenario. En cambio, el techo encargado al pintor Delaunay, famoso por sus frescos monumentales, sigue sin terminar. Pero sus bocetos preparatorios, ahora en el Museo de Nantes (su ciudad natal), dan testimonio de la ambición artística del proyecto. Gracias a Pierre Jourdan y su asociación “Por el Teatro Imperial de Compiègne”, creada en 1987, se puso en marcha un gran proyecto de renovación. Inaugurado en 1991, el nuevo auditorio alberga ahora el “Teatro francés de la Música”, cuyo objetivo es dar protagonismo al repertorio lírico nacional. Si te gusta la ópera, ¡ya sabes dónde ir! La acústica es aparentemente impecable.