Edificio Rookery

Estás ante uno de los iconos arquitectónicos de la ciudad: el edificio Rookery. Su nombre significa nido de cuervos en inglés. Esto alude a las aves que solían posarse allí, pero también, y sobre todo, a los políticos que trabajaban en su interior. El Rookery se construyó en 1887, durante la época dorada de la reconstrucción de Chicago tras el incendio. Se considera uno de los rascacielos más antiguos de la ciudad y fue declarado monumento histórico en la década de 1970. A finales del siglo XIX, los arquitectos rivalizaban en creatividad y crearon un movimiento arquitectónico: el estilo Chicago. Fue este estilo, también conocido como Escuela de Arquitectura de Chicago, el que propició el uso generalizado del acero en los rascacielos, y aunque parezca mentira, supuso una auténtica revolución estructural porque significó que, a grandes rasgos, ya no había fachadas portantes. Los arquitectos Burnham and Root utilizarán una mezcla de técnicas modernas con armazones de acero, ascensores de última generación y nuevos sistemas contra incendios, junto con técnicas tradicionales. Fíjate en la fachada de mármol y terracota, que combina los estilos Revival Románico, Chicago y Reina Ana. Su ornamentación, por su parte, combina referencias bizantinas, moriscas, venecianas y románicas. El exterior, por atractivo que parezca, no es el punto principal. No te dejes impresionar por las imponentes puertas y entra para descubrir el plato fuerte del espectáculo, su patio central. Llamado en inglés Light Court (patio de luces), está cubierto por un espléndido techo de cristal que proporciona una preciosa luz natural en una época en que la electricidad es cara y arriesgada. Hay mucho que admirar, literalmente del suelo al techo. El mosaico hecho a mano que reviste el suelo es sublime, y las dos escaleras flotantes, que se sostienen la una a la otra, son sencillamente impresionantes. Que conste que la parte que parece sostenerlas se añadió más tarde para tranquilizar a los usuarios que no entendían cómo podía mantenerse todo unido. Todo este estilo interior, con su mármol, su fluidez y su luz, se llama estilo Prairie. Frank Lloyd Wright es el responsable de esta maravilla. Fue él quien rediseñó el atrio en 1905. Si no te suena su nombre, debes saber que es, entre otras cosas, el arquitecto del Museo Guggenheim de Nueva York. Hoy en día, la Rookery se utiliza para oficinas y eventos privados. Si quieres saber más sobre el lugar, puedes concertar una visita guiada.