Civic Opera House y el río Chicago

Al otro lado del río se encuentra la Civic Opera House, sede de la Ópera Lírica de Chicago. Es una de las instituciones más prestigiosas del mundo y cuenta con el segundo auditorio más grande de Norteamérica. Construido a principios del siglo XX en estilo Art Déco, se alza imponente y majestuoso sobre el río. Pero en realidad es del río de lo que quería hablarte, ¡porque su historia es bastante extraordinaria! En el siglo XIX, como la mayoría de las ciudades del mundo, Chicago utilizaba su río como vertedero, y en 1860, el agua del río Chicago era completamente tóxica. Y el problema es que el agua del río desemboca en el lago Michigan, que es la fuente de agua potable de la ciudad. ¡Qué encantador! Los problemas de salud pública eran enormes y las epidemias de cólera causaban estragos. Así que se decidió invertir el curso del río y crear un nuevo canal sanitario. Parece una locura, y no voy a entrar en todos los detalles técnicos, gravedad, esclusas, canales artificiales, etc., pero el hecho es que el río que ves frente a ti fluye a contracorriente. Otro dato interesante de este río es que una vez al año se vuelve verde fluorescente. Como Chicago tiene una población irlandesa muy numerosa, la ciudad les rinde homenaje el Día de San Patricio tiñendolo de verde. Se trata de un tinte natural inocuo para el ecosistema que se utiliza para estudiar las corrientes, pero que acaba desapareciendo por sí solo al cabo de unos días. También te habrás dado cuenta de que el río está atravesado por numerosos puentes móviles. Hay 45 en total, y pueden elevarse o girar para dejar pasar los barcos más grandes. Por desgracia, los problemas de contaminación siguen estando muy presentes. Las zonas industriales han contaminado mucho el río. Los gigantescos mataderos Union Stock Yards, que funcionaron durante más de un siglo, vertían sus aguas residuales al río. En su momento, la zona recibió el sobrenombre de Bubbly Creek por los gases producidos por la descomposición. El Estado de Illinois se vio incluso obligado a advertir del peligro de comer pescado del río contaminado con mercurio. A las autoridades también les preocupa que ciertas especies puedan llegar a los Grandes Lagos. En resumen, todo es muy triste, ¡pero que eso no te impida disfrutar de tus paseos junto al agua! Y para terminar con una nota más alegre, debes saber que desde hace unos diez años, el río también es escenario de una carrera bastante incongruente. Unos 60.000 patitos de baño (sí, los pequeños patos amarillos de plástico) son liberados en el río. El objetivo era recaudar fondos para la organización benéfica Special Olympic, que organiza eventos deportivos para personas con discapacidad mental. El concepto es sencillo. Los espectadores adoptan un pato, numerado, por supuesto, con la esperanza de verlo cruzar primero la línea de meta, ¡con un gran premio en juego! En 2015, la carrera recaudó unos 400.000 dólares para la organización.