Michel Paccard

No estaba al lado de Balmat mirando hacia el Mont Blanc, ¡pero la ciudad no podía dejar de rendir homenaje al Doctor Paccard! Michel-Gabriel Paccard nació en 1757 en Chamonix, entonces ducado de Saboya del Reino de Cerdeña. No es de extrañar entonces que estudiara en Turín, la capital de Cerdeña. Teniendo pasiones comunes con el sabio Horace-Bénédicte de Saussure, se hacen amigos y sueñan juntos llegar un día a la cima del Mont-Blanc para calcular la altitud exacta. Pero fue finalmente con Jacques Balmat (geólogo aficionado y cazador de gamuzas, por lo tanto acostumbrado a caminar por terrenos difíciles en la montaña) que emprendió la aventura. Los dos hombres se habían conocido poco antes, mientras el doctor Paccard velaba en la cabecera de la cama de la hija de Balmat, gravemente enferma. Balmat afirmaba haber encontrado un camino en su último intento en solitario, y Paccard le suplicó que lo dejara acompañarlo. El doctor Paccard llevó consigo una brújula, un termómetro y un barómetro, con la idea de realizar algunos experimentos científicos. Los dos hombres, por otro lado, no estaban equipados con cuerdas, ni piolets, ni siquiera crampones. ¡Una falta de preparación impensable hoy en día! Se cuenta que Paccard, cegado por el reflejo de la nieve, hizo el camino de regreso con dificultad, con los ojos apenas entreabiertos. Su expedición comenzó muy temprano, alrededor de las 4 de la madrugada, desde la pradera alpina de la Côte, por encima de Bossons, donde habían pasado la noche. Llegaron a la cima alrededor de las 18:00, después de 14 horas de ascenso y esfuerzos intensos. El regreso, probablemente alrededor de las 23 horas, da una expedición de aproximadamente 20 horas, en condiciones extremas, sin equipo moderno, gafas de sol ni ropa técnica. Tristemente, la hija de Jacques Balmat murió mientras su padre se convertía en un héroe nacional, y este último se enteró de su muerte a su regreso de la cumbre. Una hazaña absolutamente importante para la época, que marcó el inicio del alpinismo como lo conocemos hoy en día. Por lo tanto, te dejo rendirle homenaje a Michel Paccard como es debido, antes de continuar tu visita.