L’Aiguille du Midi

Si continúas recto por esta calle unos 200 metros, llegarás a la plaza de l’Aiguille du Midi, desde donde parte el famoso teleférico. Puedes ver la antena desde que llegaste a Chamonix, ¡es hora de ir a verla más de cerca! Bueno sí, el precio puede parecer un poco alto, pero honestamente, la experiencia por sí sola vale su peso en oro. La vista, en la cima del punto más alto accesible sin esfuerzo de Europa, te dejará sin palabras, estupefacto y tal vez incluso conmovido hasta las lágrimas. Sentir la inmensa belleza de la extensión alpina es indescriptible. Así que confía en nosotros, y hazte este regalo inolvidable. Allí arriba, contra todo pronóstico, se puede pasar fácilmente el día (o al menos medio día), ya que hay mucho que ver y hacer. El primer tramo te lleva hasta el Plan de l ‘Aiguille, a unos 2300 metros de altitud. Ya desde allí la vista es espléndida. Puedes detenerte allí, disfrutar de las vistas, tomar algo o incluso hacer senderismo hasta el Montenvers. El segundo tramo, casi en vertical, te propulsa hasta la Aiguille du Midi, a 3842 metros. Un viaje vertiginoso y sensacional que te permitirá pasar del valle al mundo secreto de la alta montaña, accesible sólo para iniciados en otras épocas. ¡Si lo supieran los antecesores! Una vez en la cima, el espectáculo es muy emocionante, así que tómate tu tiempo. Primero para aclimatarte, porque a menos que tengas sangre nepalí o boliviana, es poco probable que estés acostumbrado a tal altitud. Pero sobre todo tiempo para absorber todo lo que descubres maravillado. Las terrazas panorámicas te permiten admirar tranquilamente las cumbres míticas: el Mont-Blanc, por supuesto, más cerca que nunca, pero también el Dôme du Goûter y su famoso refugio epónimo donde duermen los escaladores que suben al Mont-Blanc. También puedes ver las Agujas de Chamonix, el Monte Maldito, el Monte Rosa, el Gran Paraíso… ¡e incluso, en un día claro, el Cervino a lo lejos! Abre los ojos: seguramente verás alpinistas en las paredes vecinas y esquiadores listos para descender por el legendario Valle Blanco. El sitio ha evolucionado mucho en los últimos años. Chamonix ha invertido mucho para enriquecer la experiencia. Hoy en día, hay atracciones, un museo, una cafetería, algo para tomarse su tiempo y no conformarse con un simple viaje de ida y vuelta. Un verdadero paseo te espera en la parte superior: el tube, una larga galería de acero con enormes ventanales vidriados, te propone dar la vuelta a la Aiguille du Midi sin volver sobre tus pasos y sin perder ni una migaja. También podrás visitar el museo más alto del mundo, que cuenta la historia del alpinismo, descubrir los misterios de la construcción del teleférico, o aprender sobre los efectos de la altitud en el cuerpo en el palier Hipoxie. Y para la emoción garantizada y una foto inmejorable, ¡da un paso al vacío! Esta atracción, muy apreciada, permite al visitante colocarse en el centro de una caja de vidrio suspendida sobre el vacío. Se necesita un poco de coraje, y armarse de paciencia, ¡pero la oportunidad es única y el resultado sorprendente! Basta de charla, te dejo continuar tu visita o unirte a este guardián de las alturas.