Fuente de los Elefantes

Aquí estas frente a la Fuente de los Elefantes, que los lugareños llaman los 4 sin trasero, que en frances suena como los 400 traseros. Entonces, aunque los elefantes puedan aludir al cruce de los Alpes por Aníbal, una hazaña legendaria del emperador cartaginense, el monumento es realmente un homenaje al benefactor por excelencia de Chambéry, el conde de Boigne. Fue erigido en su honor, 8 años después de su muerte, en 1838. Clasificada como monumento histórico desde 1982, la Fuente de los Elefantes es la imagen icónica de la ciudad y es inseparable del paisaje de Chambéry. El conjunto, construido en piedra caliza de Saint-Sulpice, tiene casi 18 metros de altura. Es el resultado de la superposición de una fuente ya bastante grande en proporciones, sobre la cual se instaló una columna, en la cima de la cual se sienta nuestro general favorito. Originalmente se llamaba la Columna de Boigne. Si la estudias de cerca, verás que está representada como un tronco de palma adornado con varios elementos que recuerdan las conquistas del general durante sus viajes a la India, donde hizo su fortuna. La fuente es obra del escultor Victor Sappey, nativo de Grenoble, quien ganó el concurso lanzado por la ciudad gracias a la originalidad y al bajo costo de su obra, que siempre viene bien. La fuente coloca un elefante en cada punto cardinal y forma una cruz de Saboya en su pileta. Durante la Segunda Guerra Mundial, la estatua del general estuvo a punto de ser removida, en dos ocasiones, para ser fundida durante la movilización de metales no ferrosos. Fue un episodio durante la Francia ocupada, en el cual la Alemania nazi requisó todos los metales no ferrosos, como estaño, cobre o plomo, para construir armas. Pero honestamente, era tan difícil y costoso bajarlo de su columna que el general se salvó. En abril de 1944, sin embargo, se tomó la decisión, ¡y si o si, el general Boigne sería fundido! Pero eso fue sin contar con la Liberación, que llegó unos meses después. Así que estuviste cerca de no poder admirar hoy esta fuente icónica en su totalidad. En 2014, los 4 elefantes se fueron a disfrutar de un tratamiento de belleza para un merecido rejuvenecimiento. Tres de ellos fueron desinstalados y luego fundidos en 3 moldes de arena creados a partir de un escaneo del cuarto. Un molde cada uno, porque se rompen al desmoldar. Una operación compleja y meticulosa, pero que brinda muchos más años de vida a nuestros 4 sin trasero. El patrimonio está listo para ser transmitido a las generaciones futuras durante muchos años más.