Esta iglesia, construida sobre los restos de un templo romano dedicado a Mercurio en el siglo VI, es la iglesia más antigua de la ciudad. Su cripta, clasificada como monumento histórico, es interesante como uno de los testimonios más antiguos del
cristianismo en Saboya. Su cementerio adyacente es el lugar de sepultura más antiguo de Chambéry, y las excavaciones arqueológicas han descubierto urnas funerarias y sarcófagos romanos. Aquí es donde descansa el gran benefactor de Chambéry, alias el general de Boigne.
La rotonda ferroviaria
Para los entusiastas de las estructuras metálicas al estilo Eiffel, la rotonda ferroviaria de Chambéry es única en su género. Considerando los bombardeos aliados dirigidos a la estación de tren de Chambéry, es bastante extraordinario que la rotonda haya sobrevivido. Accesible solo mediante visita guiada, y que requiere reserva.
Museo savoisien
Después de 8 años de trabajos de renovación y excavaciones arqueológicas, el Museo savoisien de Chambéry ha vuelto a abrir sus puertas al público. Descubrirás numerosos objetos que van desde la antigüedad hasta la época moderna, que trazan la vida de la gente de la región a lo largo de los siglos. Con pantallas, películas y maquetas manipulables, es un museo interactivo que gustará a toda la familia.
Chambéry es una ciudad que se vive con sus montañas. Una vez que hayas descubierto los secretos de su pequeño centro histórico, es hora de dirigirte hacia la naturaleza. Si te gustan los grandes espacios accesibles, has llegado al lugar adecuado.
Alrededor del lago del Bourget
Se puede comenzar explorando el lago natural más grande de Francia, el lago Bourget, y su misteriosa abadía de Hautecombe. Sobre el lago se alza la legendaria montaña de la “Dent du Chat”, del diente del gato, que ofrece un panorama excepcional de los alrededores. Desde su mirador o, para los más aventureros, a través de su vertiginosa (pero fácil) vía ferrata.
La Cruz del Nivolet
¡Otro famoso y fácilmente accesible mirador desde Chambéry es la Croix du Nivolet! Situada a 1547 metros, en la montaña del mismo nombre, esta inmensa cruz es, por decirlo así, parte de la familia desde 1861, y es el punto final de una corta caminata.
La Féclaz et le Revard
También se puede descubrir fácilmente la pequeña estación de La Féclaz, hermosa tanto en verano como en invierno en el macizo de Bauges. No te pierdas tampoco el Mirador del Revard con sus tres pasarelas sobre el vacío, invitándonos a fusionarnos con el horizonte. También es un buen punto de partida para hacer parapente, una actividad popular en la región que deben probar para experimentar Saboya desde las alturas. Entre Chambéry y Annecy, encontrarás muchos puntos de salto.
El lago de Aiguebelette
Otro imprescindible del verano: Aiguebelette. El lago más puro de Europa, te invita a nadar al estilo tropical, pero rodeado de montañas.
Las Charmettes
Finalmente, justo encima de Chambéry, si te interesa la vida de Jean-Jacques Rousseau, pueden visitar su casa, “Les Charmettes”, donde pasó años felices con Madame de Warens y donde se sentaron las bases de su obra.
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