Plaza de la Aduana

Tanto en tamaño como en antigüedad, nadie puede robar el protagonismo a la Plaza de la Aduana. Inicialmente, ocupaba el papel de plaza central de Cartagena. Esto explica por qué un gran número de edificios administrativos y gubernamentales habían establecido su domicilio en sus alrededores. Entre ellos, se encontraba la mansión de Pedro de Heredia, sin la cual la ciudad colombiana no habría existido por completo. Hablando de esto, todavía se puede ver su morada, reconocible por sus 3 grandes balcones de madera y sus 13 arcos. Fue explotada en 1790 por la aduana, de la cual el sitio tomó su nombre actual. Hoy, con sus dos banderas colombianas, es el turno del ayuntamiento de ser el dueño del lugar. En fin, si te preguntas quién es el hombre de piedra, adoptando una orgullosa postura en la entrada de la plaza, se trata del navegante Cristóbal Colón. Esta estatua fue inaugurada en 1894, con motivo del aniversario del descubrimiento de América.