El Palacio de la Inquisición

De estilo colonial y precedido por un imponente pórtico barroco de coral, el Palacio de la Inquisición no tiene demasiados problemas para estar entre los edificios más bonitos de la ciudad. Pero, como todo lo que puede parecer hermoso desde lejos, este edificio está lejos de ser hermoso cuando nos detenemos en su pasado poco inocente. Alrededor de 1610, el tribunal local de la Inquisición dejó sus maletas en Cartagena y eligió esta mansión para instalar su sede. Su función principal consistía en juzgar y condenar a los autores de crímenes que afectaban, de cerca o de lejos, a la fe cristiana. Como ningún prisionero ha sido reconocido como inocente durante tres siglos, es decir, la duración completa de su ejercicio, se puede decir que la jurisdicción se ha entregado al máximo. Se estima que miles de personas fueron ejecutadas o quemadas vivas cuando supuestamente se trataba de actos de brujería. Desde 1953, el Museo Histórico de Cartagena ocupa el establecimiento y estudia estos momentos oscuros, dando acceso a las antiguas cámaras de tortura, a las celdas de prisión y a las salas de audiencia en donde el tribunal pronunciaba la sentencia. Además, también se exponen objetos simbólicos que datan de los primeros indios, de la época colonial o de las luchas independentistas para comprender un poco mejor la historia de Cartagena, desde su fundación hasta la actualidad.