Basílica de San Nazario

La basílica de San Nazario y San Celso fue el primer edificio restaurado por Viollet-le-Duc, durante su gran restauración de la ciudad medieval. Se cree que ya en el siglo seis, se construyó una primera catedral en la zona o fuera de las fortificaciones, que fue destruida durante la ocupación sarracena. La basílica que tienes ante ti fue construida en el siglo XII en un estilo románico muy característico de la época. Pero fue modificada varias veces entre los siglos XII y XIV, lo que le dio una acertada mezcla de estilos románico y gótico, que fue posterior. El coro románico, por ejemplo, fue sustituido por un coro gótico. Una auténtica joya de la ciudad, que atrajo la atención de Prosper Mérimée en el siglo XIX, cuando se barajaba la idea de destruir toda la ciudad medieval. La clasificó como monumento histórico en 1840, lo que la salvó y condujo a su restauración por Viollet-le-Duc. Fue la catedral de Carcasona hasta 1801, año en que perdió su título en favor de la iglesia de Saint-Michel, situada en la parte baja de la ciudad, que se encuentra en plena expansión. Pero en 1898, en recuerdo de su prestigioso pasado y por su belleza, el Papa León XIII le concedió la categoría de basílica. Aún hoy en día, presume de unas vidrieras extraordinarias consideradas las más bellas del sur de Francia, que hacen de este complejo un rico conjunto gótico, que podremos comprobar una vez estemos en su interior. Su nombre es un homenaje a los santos Nazario y Celso, dos mártires romanos ejecutados en Milán. Te recomiendo encarecidamente que entres para descubrir esta obra maestra de la arquitectura, que ha resistido el paso del tiempo bien escondida tras sus murallas.