El hotel Barrière Le Majestic 

La Croisette no pone celosos ni a los habitantes de Cannes ni a los visitantes. Ofrece un poco de su magia mediterránea a quien lo desee. Pero hablando de hoteles de lujo, su disponibilidad es más limitada. Solo un pequeño puñado de ellos tiene la oportunidad de codearse con ella y así ofrecer a sus huéspedes todos los placeres de una ubicación magnífica frente al mar Mediterráneo. Entre sus pocos privilegiados se encuentra el hotel Barrière Le Majestic de Cannes, cuya impresionante silueta siempre atrae, de la misma manera, la mirada de los transeúntes. Durante los “años locos”, período de transición de ligereza y progreso del siglo XX, las grandes figuras de la gloria mundana y las majestades en el exilio invaden la Riviera francesa y se frecuentan en magníficas veladas. Los centros turísticos de invierno por excelencia, como Cannes, se convierten en centros turísticos de verano en donde la moda es bañarse en el mar. Sin embargo, para recibir gente, es necesario poder alojarla, y a partir de ahí, cada uno puede adivinar lo que sigue. El mito hotelero de Cannes hace su entrada y con él, la historia del Majestic puede comenzar. En 1920, una empresa parisina, dirigida por el empresario Henri Ruhl, compró el hotel “Beau Rivage” y la propiedad contigua: la Villa des Enfants. Impulsado por amplias ambiciones y el entorno encantador a la entrada de la Croisette, Ruhl destruye sus dos nuevas adquisiciones en cuatro meses para dar vía libre a la creación del majestuoso palacio Art Deco con el que tanto sueña. El 1 de febrero de 1926, “El hotel Le Majestic”, diseñado por el arquitecto Théo Petit, abre sus puertas. Es decir, seis años antes que el Hotel Martínez, pero quince años después del Hotel Carlton, otros dos complejos hoteleros de Cannes. Aunque parte del edificio aún está en obras hasta 1928, el lugar cuenta con 250 habitaciones con cuartos de baño, espacios de recepción decorados por el pintor Francis di Signori, uno de los artistas más de moda de la época, grandiosas escaleras de mármol de Carrara y otros materiales preciosos y llamativos. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno francés moviliza el Majestic como hospital militar donde se atiende a los heridos y a los quemados. Después de desafectarlo en 1945, François André, personalidad francesa del mundo de los negocios y el turismo, compra el establecimiento y lo impulsa gracias a la vanguardia de los medios de comunicación. Sin descendencia, pasa la posta a su sobrino, Lucien Barrière, que no escatima esfuerzos para garantizar la larga prosperidad del hotel. En este sentido, le hace subir 2 pisos acondicionando el ático en 1965. 44 habitaciones adicionales aumentan la capacidad de acogida. Y en 2010, un programa de restauración y obras de ampliación, con la creación de una nueva ala occidental, hacen del hotel Barrière Le Majestic uno de los hoteles de lujo privilegiados de Cannes y de la Costa Azul a mayor escala. Más allá de este impresionante exterior blanco, que ha perdurado a lo largo de las décadas, cada detalle está pensado para devolverle a las palabras confort, relajación, lujo y al gusto por la comida todo su sentido. Los clientes ricos que se alojen aquí pueden disfrutar de tres restaurantes, incluido Le Fouquet’s, una sucursal del mítico restaurante parisino. Pero también de una piscina climatizada al aire libre, una zona de fitness, un spa en colaboración con Clarins, una sala de proyección privada con capacidad para 35 personas, etc. Sin mencionar las 257 habitaciones y 92 suites en siete plantas, incluida la suite Christian Dior de 450 m² y el penthouse de 650 m², alquilado por 45 000 € por noche, para una clientela excepcional. Después de eso, entendemos mejor por qué el hotel Barrière Le Majestic de Cannes cuenta con Marion Cotillard, Georges Clooney, Nathalie Portman, Sean Penn o incluso Isabelle Adjani entre sus habituales en el Festival de Cannes.