El barrio de Suquet

Reducir por completo la historia de la ciudad al cine es un gran clásico, pero si nos tomamos el tiempo de mirar un poco más allá, nos damos cuenta de que hay mucho más que eso. Lejos de los focos y de la animación del centro de Cannes aparece el Suquet, o mejor dicho la “cumbre” si se traduce del provenzal. En este barrio histórico, el más antiguo de la ciudad, comenzó toda la historia de Cannes. Colgado de las laderas del Mont Chevalier, el Suquet, tierra de los romanos en la antigüedad, existirá realmente a partir de la época medieval. Tras la invasión de los sarracenos y otras amenazas de todo tipo, los condes de Provenza, seguidos por los abades de la abadía de Lérins, decidieron crear un territorio fortificado en las alturas. Entre 1080 y 1178, se desarrolla un verdadero hábitat con un castillo, casas, un hospital e iglesias. Poco a poco, los habitantes acondicionan la colina y se desarrolla un municipio. En los siglos XVIII y XIX, una parte de las murallas fue suprimida para dar al barrio sus primeras rutas de acceso verdaderas, y el castillo, parcialmente destruido, fue reutilizado como una fábrica de cerámica. Hoy en día, la historia de Le Suquet sigue escribiéndose a través del encanto de sus antiguas callejuelas empedradas, su iglesia encaramada y su castillo, convertido en museo de las exploraciones del mundo. Si el núcleo original de Cannes adquiere un aire de zona tranquila, debes saber que cada año en el mes de julio se transforma en un enorme escenario al aire libre donde jóvenes talentos de la música clásica dan vida a las Noches musicales de Le Suquet. ¡Sí, lo sabes bien, el hábito no hace al monje!