Plaza de Armas

Llena de comercios y restaurantes, lugar preferido para las manifestaciones locales y punto de encuentro por excelencia, la plaza de Armas es el verdadero corazón de Calais. Y si rebobinamos en el tiempo, al menos hasta la Edad Media, vemos que siempre ha sido un lugar clave. Durante el asedio de 1347, fue escenario de algunos de los momentos más duros de la ocupación inglesa. Uno de ellos fue el sacrificio de los Seis Burgueses de Calais: seis ciudadanos voluntarios, casi sin ropa y debilitados por el hambre, que se entregaron al rey Eduardo III para ofrecerle las llaves de la ciudad en un acto de sumisión y desesperación. Bajo dominación inglesa, y como lo exigía la lengua de Shakespeare, la plaza pasó a llamarse Market Place. Conservó ese nombre hasta 1558, cuando el duque de Guisa, Francisco I, reconquistó Calais y le devolvió su nombre en francés: place d’armes – plaza de Armas. Desde entonces, aquí se celebra un mercado dos veces por semana, los miércoles y sábados por la mañana… salvo cuando llueve, en cuyo caso se traslada a un recinto cubierto cercano. Bombardeada con dureza durante la Segunda Guerra Mundial, la plaza fue reconstruida en los años 50. Su aspecto actual es bastante sobrio, pero dos edificios destacan con fuerza: por un lado, la antigua torre del Vigía, uno de los monumentos más antiguos de la ciudad; y por el otro, el mercado cubierto, con su arquitectura sorprendentemente futurista. En resumen, en la plaza más visible de Calais, el pasado y el presente conviven de forma inesperada.