Parque Richelieu

Árboles de todo tipo, parcelas verdes, un gran estanque con cascadas… cuanto más caminas por el parque Richelieu, más ganas te dan de hacer una pausa. Prometido, dentro de poco terminamos y te dejamos respirar, o perderte a tu ritmo entre los senderos. Este pulmón verde del centro de Calais abrió sus puertas en 1862, sobre antiguos terrenos de fortificaciones. En aquella época se lo describía como un espacio vasto y exuberante. Pero también sufrió los estragos de la guerra: durante los bombardeos del siglo pasado, el parque quedó muy dañado. Y en 1944, la situación se agravó aún más cuando los Aliados requisaron el terreno para instalar tanques de petróleo. Al terminar la guerra, el parque Richelieu era casi un terreno baldío, invadido por la vegetación salvaje. Tanto, que parecía un pequeño bosque en plena ciudad. En 1955, el municipio decidió actuar: se talaron árboles, se construyó el estanque, se trazaron senderos rectos y se redefinieron los límites del parque. Desde entonces, su aspecto ha cambiado poco. Solo algunos detalles han evolucionado, como la desaparición del quiosco donde antes se celebraban los bailes del domingo, o el reemplazo de la estatua de los Seis Burgueses, trasladada a la plaza del Soldado Desconocido. En su lugar, se instaló un nuevo monumento a los caídos, tras la destrucción del anterior en 1950. Si te interesa la botánica, sabrás que varios códigos QR están repartidos por todo el parque: solo tienes que escanearlos para conocer mejor los árboles más raros o más destacados. Llamado así en honor al cardenal Richelieu, que soñaba con convertir Calais en una gran fortaleza con puerto militar, este parque combina perfectamente paseo bucólico y aprendizaje.