El icónico Encaje de Calais-Caudry

Símbolo del saber hacer francés, el encaje de Calais es una pieza esencial de la historia local. De hecho, un magnífico museo le está dedicado, un poco más lejos, en el muelle del Comercio. Como no podemos llevarte hasta allí en este recorrido, hemos querido contarte sus orígenes aquí mismo, en el bulevar Jacquard. Joseph Marie Charles Jacquard, más conocido como “Jacquard”, nació en Lyon en 1752, en una familia de tejedores. Es célebre por haber inventado en 1801 el primer telar con un sistema mecánico programable mediante tarjetas perforadas. Un auténtico precursor de la automatización industrial. Aunque su nombre está profundamente ligado a Lyon, ciudad de la seda y de las luces, en Calais su figura también vive a través de este bulevar y de una estatua en su honor en la plaza Albert I. Puede que esa huella no parezca muy clara a primera vista… pero en cuanto entra en juego el encaje, todo cobra sentido. Porque sin otra pareja clave —la formada por Inglaterra y el tul—, Calais nunca habría conocido esta conexión tan fuerte con ese tejido refinado. A finales del siglo XVIII, Gran Bretaña vivía un auténtico boom industrial, alimentado por múltiples innovaciones tecnológicas. En el ámbito textil, tres fabricantes —John Heathcoat, John Lindley y John Leavers— desarrollaron un telar para fabricar tul. Su invento fue un éxito total, y la región de Nottingham se convirtió en el gran centro de producción de tul mecánico. En Francia, sin embargo, este tejido de algodón de malla hexagonal tan apreciado no podía comercializarse. ¿Por qué? Por culpa del bloqueo continental impuesto por Napoleón I entre 1806 y 1808. Afectada por estas restricciones, la industria inglesa entró en crisis a partir de 1813, con problemas de sobreproducción y falta de salida para sus productos. Ante este panorama, muchos fabricantes decidieron cruzar el Canal y establecerse en el norte de Francia, en ciudades como Calais. Así empezó el traslado clandestino de sus telares Leavers. Adaptados al sistema Jacquard e impulsados por la llegada de la máquina de vapor hacia 1840, estos telares permitieron fabricar un encaje mecánico de calidad comparable al artesanal. La instalación de esta industria en Saint-Pierre-lès-Calais, por entonces una comuna independiente, supuso un auténtico motor de desarrollo económico y demográfico. Para que te hagas una idea: a principios del siglo XIX, Saint-Pierre-lès-Calais era un pequeño pueblo de 3.000 habitantes. 75 años después, tenía ya 33.000. En 1958, se registra la marca “Encaje de Calais-Caudry”. Esta etiqueta garantiza el origen, la técnica, el saber hacer tradicional y la calidad de un encaje tejido exclusivamente en Calais o en Caudry, y siempre sobre telares Leavers. Hoy más que nunca, este legado sigue brillando en la Alta Costura y la lencería de lujo. Kate Middleton, Elizabeth Taylor, Amal Clooney, Marilyn Monroe, Beyoncé… todas han elegido, en algún momento, lucir este encaje del norte de Francia. A la vez arte, industria y patrimonio vivo, el “Encaje de Calais-Caudry” es un clásico intemporal que sigue conquistando el mundo, generación tras generación.