Chalets del frente marítimo

Créenos: el paisaje del frente marítimo de Calais no sería el mismo sin la silueta de ese centenar de chalets de playa, alineados frente al Canal de la Mancha. Azotadas por los vientos, cubiertas de sal y de arena, estas casetas tranquilas son una auténtica tradición calaisiana que remonta a los inicios de la vida balnearia. En una época mucho más recatada, estas cabinas permitían a las damas de la burguesía cambiarse de ropa con discreción antes de bajar a la playa. Con el tiempo, los chalets adoptaron un uso más práctico: sirven para guardar accesorios de baño, sillas largas y demás tesoros de un buen día al sol. Para los veraneantes como para los calaisianos, representan recuerdos de infancia, meriendas frente al mar y fines de semana de relax en familia o entre amigos. Tan codiciados son que, para conseguir uno, a veces hace falta sacar la billetera. Pero el encanto de estas pequeñas casas frente al mar, eso, no tiene precio.