Campanario de Calais

Muy presentes en el norte de Francia, los campanarios reflejan el antiguo poder de las ciudades, y al mismo tiempo, aportan altura a unos paisajes que, por lo general, son bastante llanos. En Calais, aunque muy simbólico, el campanario del Ayuntamiento cumplía sobre todo una función práctica cuando las comunas de Calais y Saint-Pierre-lès-Calais se fusionaron. El proyecto fue aprobado en 1885, postergado en 1887, reactivado en 1901… y finalmente inaugurado en 1925. Fue una larga espera, pero el resultado merece la pena: es el campanario más moderno de la región que ha sido reconocido como monumento protegido. Con sus 75 metros de altura, hecha de ladrillos rojos de Courtrai, la torre mezcla estilos flamenco y renacentista. En lo alto, verás cuatro esferas de reloj amarillas, coronadas por cuatro caballeros dorados que marcan los puntos cardinales. Y más arriba aún, la veleta toma forma de dragón, esa criatura legendaria conocida por su papel protector y por custodiar tesoros en la Antigüedad. A diferencia de otros campanarios más antiguos, el de Calais estaba vacío por dentro: solo servía para el funcionamiento del reloj. Eso cambió en 2012, cuando por fin se abrió al público, junto con su increíble panorama. Muy valorado para observar la evolución urbana de la ciudad, el campanario de Calais fue inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2005, junto con otros 22 campanarios de Francia y Bélgica.