Barrio Saint-Pierre

¿Calais para ti qué representa? ¿Una ciudad marinera, con ferris, puerto comercial y pescadores de ayer y de hoy? ¿O una capital del encaje, con su saber hacer textil único y refinado? Da igual cuál sea tu respuesta, o si eliges ambas: todas forman parte de la identidad de la ciudad. Sin estos dos pilares —el mar y el encaje— Calais no sería lo que es hoy. Lo curioso es que, al recorrerla, en realidad estás conociendo dos ciudades en una: Calais y Saint-Pierre-lès-Calais, que se unieron oficialmente en 1885. Fue una fusión por conveniencia, más que por amor, y no todos estuvieron de acuerdo en su momento. Y no es de extrañar: eran dos mundos muy distintos. Calais, abierta al mar, era una pequeña ciudad de pescadores con unos 15.000 habitantes. Saint-Pierre, más hacia el interior, había sido un pueblo de jardineros que prosperó gracias a la industria del encaje mecánico, y contaba con más del doble de población. Mientras que los saint-pierreses creían en la unión, los calaisianos temían perder poder y peso. Se necesitaron un año de negociaciones y 14 condiciones —como mantener el nombre histórico de Calais y conservar las sedes de la Cámara de Comercio, del Tribunal o de la Caja de Ahorros— para que se aprobara el proyecto. El 29 de enero de 1885, se publica la ley en el Diario Oficial. Calais pasa entonces a ser la ciudad más poblada del departamento. ¡Y todavía lo es! Aunque la integración social fue bastante rápida, la urbana no se completó del todo: aún falta un verdadero centro unificado. Desde el puente Faidherbe, donde estás ahora, el barrio de Saint-Pierre —antigua comuna independiente— te da la bienvenida, con su campanario como emblema.