Barrio del Courgain Maritime

Una hilera de casas al borde del muelle, una pequeña dársena que, en marea baja, deja ver su cara menos agraciada… A primera vista, quizás no sea la imagen más glamurosa que puedas llevarte de Calais. Y sin embargo, lo que tienes frente a ti es un rincón clave del alma marinera de la ciudad. Esta pequeña escotadura, hoy explotada por una veintena de barcos, es la célebre dársena del Paraíso. No solo es uno de los lugares más antiguos de Calais, sino también el verdadero origen de su puerto. Su creación se remonta al siglo XII, y en su época dorada, podía acoger hasta un centenar de embarcaciones. Si madrugas, puede que veas regresar del mar a los pescadores locales con la captura del día, que luego irán a vender al mercado del Minck, a dos pasos de aquí. Frente a ti se extiende el Courgain Marítimo, el barrio histórico de los pescadores. Como muchos suburbios portuarios del Canal de la Mancha o del mar del Norte, este nació pegado al puerto, y se convirtió desde el siglo IX en el principal punto de anclaje de los marineros calaisianos. En 1226, cuando el rey Felipe de Hurepel manda construir las murallas de Calais, el Courgain queda fuera del recinto, tanto geográficamente como socialmente. Esto contribuye a forjar una fuerte identidad local, con sus propios códigos, costumbres y tradiciones. Una de ellas: los Courguinois solo se casaban entre ellos. En aquel entonces, las callejuelas eran estrechas, las casas pequeñas y atestadas, pero siempre abiertas. La vida giraba en torno al mar: los hombres salían a pescar; las mujeres, igual de activas, se encargaban de la limpieza… o buscaban cebo en la arena para los anzuelos de sus maridos. Famosas por su fuerte carácter, las mujeres del Courgain eran tan solidarias… como dadas a las peleas entre ellas. El barrio fue duramente golpeado por los bombardeos alemanes en la Primera Guerra Mundial. Pero la Segunda lo dejó casi arrasado. Gracias a los trabajos de desescombro y reconstrucción, el Courgain renació, aunque nunca volvió a tener exactamente el mismo aspecto. Solo algunas fachadas lograron salvarse. Barrio de pescadores, marineros, socorristas, y hasta corsarios, el Courgain Marítimo es hoy un rincón lleno de alma, donde el ambiente, las historias y las tradiciones del Calais de siempre siguen resonando con fuerza.