Ayuntamiento de Calais

Aunque el arquitecto los concibió unidos y con un estilo común, el campanario cuenta con algo que el Ayuntamiento no puede reclamar: su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Una pena, porque el edificio principal también tiene una historia y un valor que merecen reconocimiento. Todo empieza en 1885, cuando las comunas de Calais, orientada al mar, y Saint-Pierre-lès-Calais, cuna del encaje industrial, se fusionan. Se hace evidente, entonces, la necesidad de un nuevo Ayuntamiento que simbolice esa unión. Pero las cosas no avanzan tan rápido… En 1887, se lanza un concurso y compiten 95 propuestas. Gana un arquitecto parisino, pero su proyecto se descarta por ser demasiado costoso. En 1901, se retoma la idea con uno de los finalistas, pero el proyecto vuelve a quedar en pausa. En 1911 se presenta un nuevo plan, aunque una vez más surgen críticas y falta de fondos. Tras el fallecimiento del arquitecto, será finalmente Louis Debrouwer, originario de Dunkerque, quien toma el relevo. Añade un campanario al diseño y utiliza un material innovador para la época: el hormigón armado. ¿Ahora sí? Pues no: tres años después de iniciadas las obras, estalla la Primera Guerra Mundial. Los trabajos se interrumpen y lo poco que se había construido se ve dañado. No será hasta 1923 —¡casi 40 años después de la fusión!— cuando el Ayuntamiento se termina por completo. Y en 1925, finalmente, se inaugura. El edificio está formado por tres partes: el campanario, el cuerpo principal y una torrecilla cuadrada. Todas comparten un encantador estilo neorrenacentista flamenco. Por dentro, las vidrieras y los detalles Art déco son una delicia. Y no olvidemos la gran escalera que lleva a la sala de bodas, donde Charles de Gaulle se casó con Yvonne Vendroux, originaria de Calais, en 1921. Como ves, tanto por su historia como por su arquitectura, el Ayuntamiento no tiene nada que envidiarle a su vecino el campanario.