Entre las atracciones imprescindibles de Calais, destaca sin duda la Ciudad del Encaje y de la Moda. Símbolo reconocido del lujo francés, el encaje es el textil de alta gama que ha forjado la reputación del destino durante más de 150 años. Por ello, no sorprende que exista un museo de referencia dedicado íntegramente a este arte. ¿Dónde encontrarlo? En el barrio Saint-Pierre, precisamente donde se desarrolló la industria del encaje.
Instalada de manera espectacular en una auténtica manufactura colectiva del siglo XIX y abierta desde junio de 2009, la Ciudad del Encaje y de la Moda ofrece 2500 metros cuadrados de exposiciones que recorren la historia y el saber
hacer local hasta el último detalle. Descubrirás el increíble recorrido desde la llegada de los encajeros británicos con sus telares de contrabando hasta las colecciones de jóvenes diseñadores de renombre y grandes casas como Givenchy, Balenciaga, Dior, Poiret o Chanel. También seguirás la evolución técnica, desde la fabricación artesanal con bolillos y agujas hasta la producción mecánica contemporánea.
El Gran Teatro de Calais
A solo 8 minutos a pie desde la plaza de Armas, continúa la visita frente al majestuoso Gran Teatro de Calais. Con su imponente fachada de estilo barroco y sus dimensiones de 52 metros de largo por 27 de ancho, el edificio no pasa desapercibido. Como el Ayuntamiento, forma parte de los grandes proyectos surgidos tras la fusión de Calais con la antigua comuna de Saint-Pierre-lès-Calais en 1885, una época en la que todo era motivo para celebrar la creación de esta “nueva ciudad”.
Inaugurado por todo lo alto en 1903, el teatro fue utilizado como sala de baile por los alemanes durante la guerra. Hoy en día, es uno de los principales espacios culturales de Calais. Justo frente a su entrada encontrarás una estatua en honor a Jacquard, cuyo telar mecánico programable revolucionó la producción local de encaje.
¡A la conquista! Arquitectura militar en Calais
Frente a las amenazas inglesas y de los Países Bajos Españoles, Calais tuvo que defenderse y fortificarse. Aunque sus murallas ya no existen, la ciudadela y sus fuertes permanecen en pie. A 10 minutos en coche desde la plaza de Armas, te espera otra joya de la arquitectura militar: el fuerte Nieulay.
Punto estratégico durante la ocupación inglesa entre 1360 y 1558, esta fortaleza incluye un ingenioso sistema de esclusas rediseñado por Vauban en el siglo XVII con el objetivo de inundar la parte baja de Calais en caso de invasión. Restaurado y adaptado a finales del siglo XX, el fuerte ofrece hoy un paseo ideal que combina naturaleza y patrimonio.
1939-1945: memoria y recuerdo
En Calais y sus alrededores, abundan los vestigios de hormigón del ocupante alemán de la Segunda Guerra Mundial: casamatas de observación, defensas antiaéreas, estructuras antitanque y baterías costeras. Una de las más impresionantes es la batería Todt, una visita imprescindible para los amantes de la historia.
Situada a unos 30 kilómetros de Calais, esta instalación clave del Muro del Atlántico fue construida por el ejército alemán para evitar una invasión aliada desde Gran Bretaña. Desde 1973, uno de sus cuatro búnkeres alberga un museo excepcional que muestra el día a día de las tropas alemanas durante esta época trágica. Entre las miles de piezas expuestas destacan armas, uniformes, carteles, fotografías y un cañón alemán “K5” montado sobre raíles, único en Francia.
Una escapada por los alrededores
Desde el pueblo de Audinghen, donde se encuentra la batería Todt, no dejes pasar la oportunidad de acercarte al Cabo Gris-Nez. Esta zona costera alberga los acantilados más septentrionales de Francia y constituye uno de los paisajes naturales más emblemáticos de la costa de Ópalo. Su hermano, el Cabo Blanc-Nez, situado a 16 kilómetros, también merece una visita.
Puedes ir de uno a otro caminando por un pintoresco sendero de gran belleza escénica o en coche, haciendo una breve parada en Wissant, encantador pueblo de pescadores famoso por su hermosa bahía.
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