Catedral Santa María

Está realmente preciosa la catedral de Cagliari que tienes ahora frente a ti. Su estilo tan particular se debe a las muchas transformaciones que ha vivido a lo largo del tiempo.

En el siglo XII, Cagliari pidió ayuda a la República de Pisa para defenderse de sus rivales y de los ataques que llegaban por mar. Los pisanos, que al principio llegaron como aliados, acabaron instalándose de forma permanente en la isla y levantaron aquí una gran iglesia: una planta cuadrada muy sencilla, con una nave central y dos laterales.

Dos siglos más tarde, se añadió un transepto y el plano adoptó la forma de cruz latina. Como en ese momento el gótico estaba de moda, se remodeló el campanario y se colocó una gran ventana gótica en la fachada.

Más adelante, en los siglos XVII y XVIII, llegaron los tiempos del barroco: en el interior verás mármoles de colores (rojo, blanco, gris, negro) formando dibujos geométricos en el suelo y en las capillas, además de hierro forjado con mucho detalle y estucos decorando generosamente los techos.

Los amantes del arte religioso no pueden perderse el púlpito del maestro Guglielmo: se trata de dos sillas esculpidas en el siglo XII, originalmente pensadas para la catedral de Pisa. También encontrarás el mausoleo del rey aragonés Martín I de Sicilia, muerto durante la conquista de Cerdeña, y el del arzobispo de Cagliari, fallecido durante la peste de 1655. Otra curiosidad es la capilla dedicada a San Lucifer, obispo del siglo IV. Sí, el nombre sorprende, pero así se llamaba realmente.

No dejes de visitar la cripta, que alberga el Santuario de los Mártires, la parte más importante de la catedral desde un punto de vista artístico e histórico. Solo el santuario ya es una joya, con elementos del Renacimiento, del Barroco y del Neoclásico. Allí se conservan las reliquias de numerosos mártires (o presuntos mártires) y las tumbas de miembros de la Casa de Saboya.

Y si te preguntas de dónde salieron todas esas reliquias? Pues fueron descubiertas en el siglo XVIII durante unas excavaciones cerca de la basílica de San Saturnino. Hoy están dispuestas en 179 nichos dentro de la cripta, y el tesoro se guarda en el Museo del Duomo, justo al lado de la catedral. La entrada a la catedral es libre y gratuita, pero para visitar el museo hay que pagar.