Espejo de agua y Plaza de la Bourse

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visitar Burdeos, La Bella durmiente
Bueno hay que reconocer que tiene mucho a su favor. El espejo de agua declarado Patrimonio de la Humanidad le roba claramente el protagonismo a la Plaza de la Bolsa. De hecho la realza haciendo que a veces brille y a veces asome entre la bruma, para deleite de los fotógrafos. ¡Crear un espejo de agua ultramoderno frente a un edificio de casi tres siglos es definitivamente una idea brillante! Fue diseñada por el arquitecto paisajista Michel Corajoud que se inspiró de la plaza de San Marcos de Venecia cubierta de agua. Esta obra mágica alterna efectos de espejo y neblina en ciclos de 15 minutos. Es un lugar acogedor que invita a soñar despierto, a relajarse, así como a divertirse. En cualquier caso, es el mayor espejo de agua jamás construido y es ejemplo para otras ciudades del mundo que están estudiando esta brillante idea. Pero no olvidemos que lo que realmente estamos viendo es la plaza de la Bolsa, una magnífica explanada descrita por Víctor Hugo como una media plaza Vendôme a orillas del agua. Este conjunto monumental compuesto por el complejo de la Bolsa y el complejo de Aduanas, fue construido a principios del siglo XVIII siguiendo los planos del arquitecto Jacques Gabriel, futuro arquitecto de Luis XV. Este original conjunto debía servir de marco a la estatua ecuestre del rey de Francia y reflejar la prosperidad de la ciudad. Cuando se inauguró la estatua del rey y para que no estuviera en medio de una plaza vacía, se mandó hacer las armoniosas fachadas inspiradas de la plaza Vendôme. No busques esta famosa estatua, ya que fue fundida durante la Revolución para fabricar cañones. Ha sido reemplazada por la fuente de las Tres Gracias que son las tres hijas de Zeus, que puedes admirar en el centro. Se dice que las tres estatuas femeninas adoptaron los rasgos de tres soberanas de la época: la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, la reina Isabel de España y la reina Victoria de Inglaterra. En cualquier caso esta plaza fue la primera apertura de las murallas de Burdeos. De hecho, el intendente general quería abrir la ciudad al río y ofrecer una entrada más acogedora a los extranjeros que llegaban por la orilla derecha. Lo que ya de por sí resultaba bastante agradable. Así pues, se derribó parte de las murallas para crear lo que en un principio se conoció como la Plaza Real. Digo en un principio porque como muchas plazas del mundo ha cambiado de nombre a lo largo de la historia. Se llamó plaza de la Libertad durante la Revolución, plaza Imperial bajo el dominio de Napoleón, plaza Real de nuevo cuando se reinstauró la monarquía durante la Restauración y luego plaza de la Bolsa a raíz del palacete del mismo nombre que se ve al fondo y que hoy alberga la Cámara de Comercio e Industria. Sea cual sea su nombre la plaza de la Bolsa y su espejo de agua son hoy en día una visita que no puedes perderte en tu visita de Burdeos.

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