Basílica del Santísimo Sacramento

A tu derecha se alza la Basílica del Santísimo Sacramento, apenas por encima de los edificios colindantes. Esta basílica fue consagrada en 1914. La construyeron dos arquitectos franceses a petición de Mercedes Castellanos de Anchorena, que vivía en un palacio situado a menos de 200 metros. Según cuentan, ella misma declaró: “Si yo vivo en un palacio, mi Dios debe tener el suyo”. La basílica que estás contemplando se construyó en un estilo ecléctico, inspirado en la catedral románica de Angulema. Cuenta con cinco torres que, a diferencia de las catedrales góticas, no son chapiteles, sino más bien torres coronadas por cúpulas. Su interior, que podrás visitar si te apetece, es de estilo neogótico, con una ornamentación de gran valor y magníficas vidrieras. Es sin duda el palacio que quería Mercedes. Cuenta con granito de los Vosgos, mármol rojo de Verona y mármol blanco de Carrara, ónice granate de Marruecos, esculturas de arte, carpintería europea y mayólica veneciana. A modo de información, la mayólica es el nombre que se da desde el Renacimiento a un tipo de decoración cerámica sobre loza. Como resultado se obtiene una delicada decoración con un brillo metálico. También verás un increíble órgano con 5.000 tubos. Así que no es de extrañar que esta basílica esté considerada como la más lujosa de la capital, y que en ella se casara la inmensa mayoría de la alta burguesía de Buenos Aires.