La basílica de San Esteban

A diferencia de muchos otros grandes edificios religiosos de Europa, la Basílica de San Esteban es relativamente nueva, con una inauguración que se remonta a 1905. Una existencia muy corta, que no mancha el lugar que ocupa el sitio en el corazón de Budapest. Fruto de los deseos de un rico húngaro y de varios fieles, esta gran iglesia da que hablar, en primer lugar, por sus dimensiones vertiginosas. Veámoslo más en profundidad. Tiene 55 metros de ancho, 87 metros de largo y 96 metros de alto. De repente, entendemos un poco mejor por qué tardó más de medio siglo en construirse. No solo ocupa espacio, sino que también es a ella a quien le corresponde el título de “la punta más alta de Budapest”, cabeza a cabeza con el Parlamento. Más allá de honrarlo por su nombre, en el interior de la basílica se encuentra la mano derecha de Esteban I, el primer rey de Hungría. Es una de las reliquias más importantes del país. Llamado la Santa Diestra, sólo podemos acercarnos a este miembro momificado a cambio de pagar la entrada a la capilla. Para la terraza de la cúpula, es lo mismo. Con entrada y accesible en verano, este espacio tiene el privilegio de ofrecer una vista muy especial de la ciudad. Bueno, no te preocupes, gastar un par de monedas no siempre es una obligación. La entrada de la basílica es gratuita, y te abre las puertas a decoraciones hechas de mármol, mosaicos y vitrales, para contemplar sin moderación. Es una visita bajo el signo de la contemplación, en esta tierra que, antes de ser santa, sorprendentemente estaba ocupada por un antigua arena donde se desarrollaban peleas de animales.