El castillo de Buda

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visita Budapest, En intimidad con la reina del Danubio
Estamos en el corazón del barrio más señorial de Buda, donde los palacios antiguos siguen marcando el paisaje con su presencia imponente. Muchos de ellos siguen en pie, testigos silenciosos del paso de las grandes familias nobles que un día vivieron en estas colinas. Pero ninguno destaca tanto como el edificio que tienes justo delante. Lo llaman palacio de Budavár o castillo de Buda, según a quién preguntes. Pero no hay duda: este fue el antiguo Palacio Real de Budapest. Su historia comienza en el siglo XIII, cuando el rey Béla IV ordenó construir aquí su residencia, sobre los restos de una fortaleza medieval. Con el tiempo, el edificio fue creciendo, ampliado y transformado por los distintos reyes que pasaron por aquí. En el siglo XV, el rey Matías Corvino lo convirtió en una joya del Renacimiento, una de las más admiradas de Europa. Era una época de esplendor para la ciudad. Pero los siglos siguientes no fueron tan amables con el palacio. Entre el XVI y el XIX, fue destruido hasta tres veces: primero durante las guerras con el Imperio Otomano, luego bajo el dominio de los Habsburgo, y más tarde, durante la revolución de 1848, cuando el fuego arrasó su elegante estilo barroco recién estrenado. En la Segunda Guerra Mundial, su perfil neoclásico también quedó reducido a ruinas. En los años 60 se intentó restaurarlo, pero el resultado fue muy criticado: la reconstrucción se alejó demasiado del diseño original. Por eso, desde finales de 2022, se está llevando a cabo un ambicioso proyecto para devolverle su aspecto histórico. Hoy, el palacio ha cambiado de función. A lo largo de más de 300 metros y repartido en seis alas —de la A a la F— acoge tres instituciones culturales de primer nivel: la Galería Nacional de Hungría, el Museo de Historia de Budapest y la Biblioteca Széchenyi. Tres espacios distintos, cada uno con su propia entrada, ideales para una visita cultural completa. Y una ventaja: el acceso a los patios y jardines es gratuito, y está abierto las 24 horas. Bajo la colina se extiende además una red de pasadizos subterráneos que guarda siglos de leyendas, misterios… y quién sabe qué más. Desde 1987, este lugar forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Hoy es también escenario de festivales culturales y gastronómicos, y hasta ha servido de plató para el videoclip Firework de Katy Perry. Un lugar lleno de historia, belleza… y más de una sorpresa.

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