El Beguinaje de Brujas

Es precisamente en este tipo de lugar donde se tiene la vaga impresión de que el tiempo se ha detenido para siempre, donde se encuentra la mayor paz interior.

Separado de la “ciudad” por un muro perimetral en los primeros tiempos, este espacio cerrado, que data de 1245, es lo que se conoce como el Beguinaje de Brujas. Con una connotación religiosa, este lugar fue una vez el lugar de residencia de las beguinas, mujeres emancipadas y seculares que hicieron el voto de celibato.

Muy de moda hasta la Revolución Francesa, el beguinaje, también llamado el recinto de la viña, ha perdido todo su prestigio de antaño a con el tiempo, especialmente con la desaparición de su última ocupante en 1930. Desde mediados del siglo XX, este remanso de paz está habitado por monjas de la Orden de San Benito y mujeres solteras de Brujas.

Una continuación lógica para este sitio y sus treinta casitas encantadoras, inscritas desde 2002 en el Patrimonio Mundial de la UNESCO.