Puente Jacques Gabriel

Aquí te encuentras frente a uno de los símbolos de Blois: el puente Jacques-Gabriel. Desde hace casi tres siglos une el casco histórico con el barrio de Vienne, salvando majestuosamente el Loira. Su historia comienza en 1716, cuando una crecida arrasó con el viejo puente medieval. Para la ciudad fue una catástrofe: sin paso, no había comercio. Entonces se recurrió a Jacques Gabriel, arquitecto del rey Luis XV. Su proyecto era innovador: un gran puente de piedra, sin casas encima, confiado por primera vez al recién creado cuerpo de Puentes y Calzadas. La obra movilizó a casi un millar de hombres, entre ellos 600 soldados del regimiento de Piamonte. Tras siete años de trabajos, el puente fue inaugurado en 1724. Con casi 300 metros de longitud, se reconoce por su silueta en lomo de asno y por su obelisco central, una pirámide de piedra de casi 15 metros de altura. A lo largo de los siglos, la construcción sufrió enormemente: volada durante la Revolución, la guerra de 1870 y después en la Segunda Guerra Mundial, siempre fue reconstruida. Hoy en día solo tres arcos siguen siendo originales, pero el puente conserva su aspecto único y está clasificado como monumento histórico desde 1937.