Catedral de San Luis

En el corazón de la plaza que lleva su nombre, la catedral de Saint-Louis se alza majestuosa, con una historia que se extiende por dos siglos desde 1544. Esta catedral ha sido testigo de numerosas adversidades, desde el huracán de 1678 hasta los bombardeos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, que la obligaron a transformarse una y otra vez. Fue Jean-Baptiste Colbert, un estadista francés, casado con Marie Charron (originaria de Blois) quien tomó la iniciativa de reconstruirla en un estilo más gótico. Marie era una dama proveniente de una familia influyente, lo cual facilitó la consolidacion de la posición y el ascenso de su marido en la corte de Luis XIV. Actualmente, Colbert es conocido y recordado entre los franceses por promover el papel del Estado en la economía nacional. No obstante, uno de sus legados más controvertido es el Codigo Negro de 1685, el cual, aunque pretendía ofrecer cierta protección a los esclavos, en la práctica, consolidó y legitimó la esclavitud en las colonias francesas. Definitivamente no todo es color rosa. Volviendo a la catedral, un hermoso equilibrio entre los estilos gótico y clásico, abre sus puertas gratuitamente todo el año, ofreciendo a los visitantes un espectáculo de vitrales contemporáneas. Inauguradas en el año 2000, estas vidrieras de colores, que cubren 360 m² entre la nave y las naves laterales, llenan el espacio de una luz mágica. Este lugar, declarado monumento histórico desde 1908, es una obra maestra que no puedes dejar de ver. Dentro, las vidrieras contemporáneas de la nave y las naves laterales, creadas por el artista holandés Jan Dibbets, te dejarán sin aliento. Los vitrales del coro, obra del talentoso maestro vidriero Lobin, añaden un toque de elegancia y arte. Así que, no esperes más y ven a descubrir la magia y la historia que envuelven a la catedral de San Luis. ¡Te prometo que será una experiencia que te hará vibrar!