Barrio Puits-Châtel

En el corazón palpitante de la ciudad, el barrio de Puits-Châtel se erige como un testigo silencioso del paso del tiempo. Hoy conocido como la parte oriental de Blois, este rincón es un vibrante eco de la época medieval, preservado con esmero gracias a las intervenciones urbanísticas del siglo XIX. En el siglo XVI, esta zona era el hogar de la burguesía y de algunos miembros de la corte real, un prestigio que se mantuvo durante el Renacimiento, reflejado en las majestuosas mansiones privadas como el Hôtel de Lavallière y el Hôtel Sardini, que encontrarás a tu derecha. Estas joyas arquitectónicas, tan elegantes y refinadas como las demás, fueron declaradas monumentos históricos en 1963. El Hôtel de Lavallière, que data del siglo XVI, conserva los vestigios de uno de los edificios medievales más imponentes de Francia. Durante el reinado de Luis XII, en los siglos XV y XVI, el edificio sufrió varias transformaciones, adoptando un estilo arquitectónico que fusiona el gótico, tan querido en Francia, con influencias italianas. Esta residencia perteneció a Marie-Anne de Bourbon, conocida como “la primera Mademoiselle de Blois”, hija del rey Luis XIV y de su amante Luisa de La Vallière. La vecina mansión Sardini, también construida durante el reinado de Luis XII, es un testimonio viviente del Renacimiento y fue habitada más tarde por un acaudalado banquero lucqués que buscaba fortuna en Francia. Pero volvamos a Puits-Châtel, un barrio que aún guarda muchas sorpresas. Descrito como un lugar que merece ser explorado, Puits-Châtel es un enclave donde las semillas, las plantas y las piedras forman parte integral del paisaje. Las calles empedradas y las casas que las flanquean están envueltas en un verdor que los lugareños cuidan con esmero. Cuanto más paseas por este rincón encantador, más sientes que la línea entre el mundo ordinario y el reino de la magia se vuelve cada vez más difusa.