Alexanderplatz

Estás en la enorme Alexanderplatz, uno de los lugares más emblemáticos de Berlín. Fue bautizada en 1805 en honor del zar Alexander I de Rusia durante su visita al rey de Prusia. Lo que era un simple mercado en la Edad Media se convirtió en un importante centro de transporte y comercio en el siglo XIX. El metro de Berlín se abrió en 1870, y la estación de Alexanderpltaz se inauguró en 1882. La plaza vivió su apogeo en el siglo XX, con la apertura de varios grandes almacenes, entre ellos los famosos grandes almacenes Tietz, que son el equivalente alemán de las Galerías Lafayettes francesas o las tiendas Macy’s de Estados Unidos. Gravemente dañado durante la guerra, se convirtió en el emblema de la reconstrucción y el desarrollo de Alemania del Este tras la separación de Berlín. En 1969, se rediseñó en estilo soviético, lo que aún hoy le da su aspecto distintivo. Fue entonces cuando se construyó la famosa torre de televisión, que puedes ver en el centro de la Fuente de la Amistad entre los Pueblos, justo a tu lado. A partir de 1971, cuando se terminó la nueva Plaza de Alejandro, se convirtió en el centro de grandes acontecimientos, como el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, la celebración de los 25 años de la RDA y la ceremonia conmemorativa de los 30 años del final de la guerra en 1975. Pero, sobre todo, fue el escenario de la famosa manifestación del 4 de noviembre, pocos días antes de la caída del Muro. Esta gran protesta contra el régimen comunista se retransmitió en directo, y los telespectadores de la RDA pudieron ver a más de un millón de personas reunidas en Alexanderplatz, exigiendo reformas políticas de gran alcance y una verdadera democracia. Fue la primera manifestación autorizada por la República Democrática Alemana, y la mayor de su historia. Éste evento demostró que el cambio era inevitable y condujo el colapso de la RDA. Hoy en día, la calle que los berlineses llaman Alex es uno de los cruces más concurridos de la ciudad, con más de 350.000 personas que pasan por ella cada día, tanto por encima como por debajo del suelo. Continúa unos cien metros más para descubrir el famoso reloj universal Urania.